Cuando nos referimos a que una persona es un líder, hablamos de que tiene la capacidad de influenciar a quienes comparten su entorno, es comprometido con los intereses de su comunidad, manifiesta un deseo de cambio, carece de miedo para enfrentar los problemas, y entre otros aspectos es propositivo creativo y optimista.
Estas características se pueden presentar de manera natural entre los niños y jóvenes, pero se incentivan y acrecientan cuando se les expone a estímulos como la formación de grupos de trabajos, charlas motivacionales y la participación extracurricular, estrategias propias de los procesos formativos escolares y universitarios.
Desde la perspectiva de Stalin Ballesteros García, Docente Internacionalista de planta de la Universidad del Magdalena, el liderazgo tiene varias vertientes, de carácter natural en cuanto a la capacidad de empatía y auto-reconocimiento del individuo, y aquellas definidas por nuestra relación con el entorno, que son las alternativas de liderazgo que ampliamente se pueden generar desde el interior de la universidad.
“Hay Liderazgos académicos, personas buenas en determinadas asignaturas cuyas capacidades terminan siendo reconocidas y ocupan los puestos como monitores; hay liderazgos culturales que se desarrollan y empoderan con los escenarios de arte que ofrece la universidad; y hay liderazgos políticos y sociales, que terminan generando lo que conocemos como movilizaciones estudiantiles para cuestionar el papel de la universidad, de la educación pública y de nuestro rol como ciudadanos” explica Ballesteros.
Para el también Director del grupo de conflicto y relaciones internacionales de la Unimag, las aptitudes de liderazgo se empiezan a construir desde los hogares, donde se determinan los valores éticos y morales y las bases para una vocación de líder, sin embargo, asegura que el paso por la universidad es definitivo para empoderarlos.
“Es notoria la transformación de los chicos en la Universidad, la mayoría de los estudiantes ingresan muy jóvenes, en el caso de los primeros semestres algunos suelen ser menores de edad y tienen ya definidas algunas potencialidades, pero no cabe duda que sí existe una cualificación tanto en el desarrollo conceptual de su carrera como en el aspecto cívico, lo que contribuye a que sean cada vez mejores ciudadanos y por ende transformadores de su contexto” puntualiza el docente.
Sin embargo, concluye Ballesteros, que en los tiempos modernos se tiende a sobre estimar el papel del líder, y que ahora debemos empezar a transgredir a ese líder crítico tradicional de los contextos más violentos de nuestro país, y empezar a entender que hay otras formas de ejercer el liderazgo.
10 características definen a un líder: deseo de cambio, compromiso, iniciativa, creatividad, compresión del entorno, optimismo, modestia, esfuerzo, objetivos, resiliencia.
