Antioquia otra vez a la punta

Columnas de Opinión
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El sendero que recorre Antioquia hacia las elecciones que se avecinan es el hecho más importante que ocurre en la política colombiana. Los verdes que lidera Sergio Fajardo impulsan a este departamento hacia otra etapa de la historia en la que se derrumbarán los poderes y formatos de la vieja política, sus procedimientos nefastos y sus consecuencias desgraciadas en la comunidad.

Observo desde afuera que los verdes antioqueños no son los mismos verdes de Bogotá. Los "rolos" tiraron la toalla del "no todo vale" y renunciaron a la misión de liderar este país con nuevos valores y nuevos propósitos, para sumergirse en la vieja política detrás de metas modestas. Se entregaron. El régimen terminará tragándoselos.

Los verdes antioqueños con Fajardo a la cabeza son otra cosa. Los observo de cerca porque acompaño su esfuerzo desde mi condición de liberal disidente que no deja de soñar en el cambio de las condiciones de vida de esta sociedad y de luchar por él. Esta fuerza política transformará a Antioquia como viene transformando desde hace ocho años a Medellín.

Los paisas verdes no claudicaron de su identidad, de sus ideales y su carácter ni de su manera de aproximarse a la gente en las calles y los parques para construir juntos sus sueños. Hablan de pueblo en pueblo acerca de la dignidad de la persona, de la vida, de la educación y el avance de la cultura como referentes éticos y prácticos para construir políticas públicas, acción ciudadana y progreso.

Hablan de transparencia en el proceso electoral y en su futuro gobierno con estas frases que dicen todo: "Como se hace la campaña se gobierna" y "En Antioquia no se pierde un peso". Y hablan del progreso económico y social de la mano de los avances en ciencia y tecnología, de la capacitación y de la apertura de canales de comunicación con el mundo. Son preparados y modernos, refrescantes y arrolladores en sus convicciones, entusiastas, seguros, llenos de vida. Saben que las ideas en las que creen y las metas que quieren para la comunidad no tienen pierde y sacarán a esta sociedad al otro lado.

Los verdes paisas protagonizarán la victoria más espectacular de la que se tenga noticia en la historia reciente de la región, en hombros de gentes de la calle y del campo, gentes comunes y corrientes que se engancharon en este diálogo para construir entre todos respuestas a sus anhelos, sin rótulos ni rabias ni sectarismos, como personas respetables dueñas de su conciencia y su destino. Fajardo es el próximo gobernador de Antioquia, póngale la firma.

En Medellín debe continuar la saga de gobiernos que empezó con Sergio Fajardo y continuó con Alonso Salazar caracterizados por la pulcritud, la eficiencia y la visión humana. Los resultados son magníficos. Difícil encontrar en Latinoamérica otra urbe tan interesante en su evolución física y social, no obstante las complicaciones que condicionan el desarrollo de las ciudades colombianas.

Aníbal Gaviria fue buen gobernador dos períodos atrás y se entendió bien con Fajardo quien por esos años era alcalde de Medellín. Hoy se cambian los papeles y Gaviria aspira a administrar la ciudad. Si los vecinos lo perciben como el dirigente que continuará la tradición de independencia de sus antecesores respecto de la vieja política y comprometido con las transformaciones en la calidad de vida de la población, ganará las elecciones. Pero si perciben que la competencia vuelve a ser entre maquinarias políticas y caciques clientelistas, la ciudad quedaría otra vez entrampada como en el pasado en la politiquería que derrama dinero y mentiras a chorros para atraer votantes incautos. En ese juego alguien bien intencionado y correcto como Aníbal Gaviria tiene las de perder.

Fajardo y Gaviria se aliaron para apoyarse mutuamente en la campaña y actuar coordinados en sus eventuales gobiernos. La "Alianza Medellín Antioquia" que firmaron está planteada en términos éticos y programáticos ejemplares. Recomiendo a quienes les interesa la política que conozcan el documento en el que se protocoliza esta unidad de propósitos, porque es ejemplar para el país. Lo encuentran en www.sergiofajardo.com y como verán, manifiesta otra manera de entender la política que enciende luces al resto de regiones de Colombia, hastiadas y agobiadas del tejemaneje y el saqueo.

Estoy seguro que Aníbal Gaviria no es inferior al compromiso de esa Alianza y entonces mi partido liberal también entrará por el sendero del cambio, al menos en Antioquia. De ser así, Fajardo y Gaviria harán llave al frente de este poderoso departamento y de su capital, y abrirán tremenda tronera a la descentralización y al progreso de la provincia que los colombianos reclamamos a gritos.

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