No solo somos mar, también somos historia

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Por: Maria Patricia Gutiérrez.
Redacción EL INFORMADOR
Foto: Edgar Fuentes

Santa Marta, oficialmente Distrito Turístico, Cultural e Histórico, es la capital del departamento del Magdalena, Colombia. Fundada el 29 de julio de 1525 por el conquistador español Rodrigo de Bastidas, es la ciudad más antigua existente de Colombia y la segunda más antigua de Sudamérica.

 Dicha ciudad utiliza como eslogan turístico «la magia de tenerlo todo» ya que tiene más de cien playas y una sierra nevada, pero ahí no acabado todo; somos historia, cultura y mucho más.

Su ubicación entre la Sierra Nevada de Santa Marta, con las mayores cumbres del país, y el mar Caribe, la hacen atractiva para visitar la variedad de fauna y flora que hay en la zona, además de los sitios culturales e históricos que la ciudad posee. Como un hecho importante, Simón Bolívar falleció en una hacienda de nombre Quinta de San Pedro Alejandrino que en esa época se encontraba a las afueras de la ciudad.

29 de diciembre de 1989

¿Sabe usted qué sucedió? Mediante el Acto Legislativo 3 ese día, a la ciudad la nombraron categoría de Distrito Turístico, Cultural e Histórico, bajo la Presidencia del doctor Virgilio Barco Vargas, presidente del Senado y de la honorable Cámara de Representantes, Luis Giraldo Hurtado y Norberto Morales Ballesteros.


Su motivación fue dar un reconocimiento a Santa Marta, por la condición de ser la primera ciudad fundada en el territorio que hoy se conoce como República de Colombia, fue presentada ante el Congreso Nacional por el parlamentario samario, Juan Carlos Vives Menotti, indicando que se le hiciera justicia a la ciudad al declararla como Distrito Turístico, Cultural e Histórico.

El Artículo 1° decreta que Santa Marta, capital del departamento del Magdalena será organizada como un Distrito, Turístico, Cultural e Histórico, sin sujeción al régimen municipal ordinario, dentro de las condiciones que fije la ley, el legislador así mismo dictará para ella un estatuto especial sobre su régimen fiscal, administrativo y su fomento económico, social, cultural, turístico e histórico. La ley podrá agregar otro u otros municipios circunvecinos al territorio de la capital del Magdalena, siempre y cuando sea solicitada la anexión por las tres cuartas partes de los concejales del respectivo municipio.

Sobre las rentas que se causen en el Distrito, Turístico, Cultural e Histórico de Santa Marta, la ley determinará la participación que le corresponda.

El Artículo 2° decreta que lo dispuesto para el Distrito Especial de Bogotá por la Constitución Nacional en sus artículos 171,182 y parágrafo del 189 se aplicará al Distrito Turístico, Cultural e Histórico de Santa Marta.

El Artículo 3° decreta que el Acto Legislativo regirá desde su promulgación. Dado en Bogotá Distrito Especial a los 29 días del mes 12 de mil novecientos ochenta y nueve (1989).

Santa Marta es la segunda ciudad más antigua de América del Sur, posee un patrimonio arquitectónico inigualable que evoca los tiempos de la bonanza bananera.

El tesoro de Santa Marta

Como en gran parte del país el catolicismo es un legado español que ha pervivido fuertemente desde la llegada de sus primeros colonos y la bahía de Santa Marta no fue exenta de ello. Ahora bien, el nombre que la ciudad recibe refrenda lo anterior, no es gratuito.

Bien vale la pena mencionar que la religión también es un perfecto estímulo para conocer un destino, por eso existe el concepto de Turismo religioso

  • Parroquia Del Sagrario Y San Miguel, Catedral Basílica de Santa Marta

Es una de las más conocidas y familiares para los habitantes de Santa Marta y a la vez uno de sus más queridos patrimonios. Su celebridad se la concedemos, en gran medida, por ser la primera iglesia construida en la América continental, por ende, también puede presumir de ser la señora madre de las iglesias colombianas.


Desde luego que sus primeras formas desentonaban con su actual estampa. En honor a la verdad, su primera fundación data del año 1531, para entonces se encontraba en otro lugar y era una pequeña iglesia constituida con materiales muy básicos (barro, madera y hojas de palma).

En 1765 inicia su construcción de basílica bajo el mandato del gobernador Don Andrés Pérez, quien comisionaría la tarea al ingeniero Don Juan Cayetano. Así que la que se puede considerar como la puerta de entrada del Evangelio en América del Sur, hoy en día conserva en cada una de sus facetas y en su inmaculado blanco un fiel estilo renacentista.

Dato

Durante más de 30 años los restos de Simón Bolívar descansaron en ese recinto sagrado. El 20 de noviembre de 1842, cuando una comitiva de personajes en representación del gobierno venezolano vendría a Santa Marta para realizar la exhumación del gran héroe de Las Américas; dejaron, en señal de respeto por la íntima historia compartida entre Bolívar y la ciudad, una pequeña urna con el corazón y las entrañas del Libertador que hoy reposan en la catedral.

Para mayores indicios de su importancia, también debe advertirse que en la catedral desde el año de 1953 reposan los restos de Don Rodrigo de Bastidas, el fundador de Santa Marta, traídos directamente desde República Dominicana.

La catedral es un baluarte de la tradición católica nacional.

Está ubicada en la Cr5 # 16-30.

  • Parroquia San Francisco de Asís (Taganga)

Según algunos historiadores, se levantó antes que la catedral de Santa Marta, que data de 1765 y tiene la fama de ser la primera basílica construida en América del Sur.

El 22 de mayo de 1832 se produjo un terremoto que destruyó parcialmente la iglesia, la cual había sido construida por los padres capuchinos. El corregidor de Taganga hizo un llamado a sus pobladores para que colaboraran en su reparación, la cual se terminó en septiembre de 1834.

En 1932 se inició una reconstrucción de este inmueble y más tarde, en 1994, se hizo una restauración para ser nombrado Monumento Nacional.

En este último trabajo se conservó el piso de la iglesia, que data de la época de su construcción. En la actualidad la iglesia no ha sido remodelada, han realizado algunos ajustes, pero sigue con su misma línea conservada.

  • Iglesia de San Jerónimo de Mamatoco:

 La primera iglesia de Mamatoco, construida por los franciscanos a mediados del siglo XVI, fue incendiada en 1575, por el cacique indígena del mismo nombre como respuesta a la violencia de los españoles contra los nativos y el encarcelamiento y tortura de uno de sus hijos, por lo que el jefe fue aprendido, sometido a tormento y ahorcado y la iglesia reconstruida.

Esta con el tiempo se le hicieron mejoras y cambios hasta cuando en 1785 se concluyó la que se encuentra actualmente en pie y en la que hay una imagen de terracota del Santo Agatón.

Esta iglesia fue declarada por el Gobierno Nacional Monumento Nacional, en el año 1992.

Cada casa tiene sus historias

 La Casa de la Aduana recoge la memoria de Santa Marta y su región. Si pudiera hablar, nos contaría sobre conquistadores y piratas, sobre esclavos, curas y aguateros, sobre el movimiento del puerto y la producción del banano, sobre las familias, las instituciones, el comercio y hasta los pasajeros de hotel que la han habitado. Mucha gente piensa que esta es la casa más antigua aún en pie en Colombia o Suramérica, y que fue la de Bastidas y García de Lerma. Pero los documentos históricos —al igual que la arqueología— dicen otra cosa.

  • 1819 a 1855. Casa de la Aduana

En agosto de 1819 el gobierno español instaló en esta casa la oficina de Aduanas y Contaduría del puerto: aquí se registraban las mercancías que entraban y salían por mar. Por eso se la conoce como “la Casa de la Aduana”.

Sin embargo, apenas un año después la casa fue expropiada al gobierno español por la llegada de  la Independencia, que se dio en Santa Marta tras la batalla de Ciénaga el 10 de noviembre de 1820 —una de las más cruentas batallas del Caribe colombiano. Entre 1823 y 1825 tuvo su sede aquí una oficina del Consulado de Cartagena (un tribunal que atendía asuntos comerciales con el estado vecino) por lo que también fue llamada “Casa del Consulado”.

El 1 de diciembre de 1830, el gobierno de la nueva República de Colombia recibió al Libertador Simón Bolívar, enfermo, en esta casa. El 6 de diciembre fue trasladado a la hacienda de San Pedro Alejandrino, de propiedad de Joaquín de Mier, donde falleció. Regresó a la casa para ser velado entre el 18 y el 20 de diciembre, probablemente en la sala más grande del segundo piso que era la sala principal.

1855 a 1910. Propiedad de la familia de Mier

En 1855, Manuel Julián de Mier, hijo del comerciante y terrateniente Joaquín de Mier y Benítez, compró la edificación al gobierno en subasta pública por 4.000 pesos. Era dueño de varias casas en la ciudad y en 1870 vendió esta a su yerno, José Alzamora.  

Siglo XX. De usos comerciales al Museo del Oro

En 1910 la casa es arrendada a la United Fruit Company: la empresa bananera norteamericana instaló aquí el comisariato y sus oficinas hasta cuando en la década de 1920 la edificación fue comprada por José María Leyva, hijo extramatrimonial de Manuel Julián de Mier. 

El siguiente propietario alquiló la casa a entidades como el Banco de Colombia (1944), la Contraloría Departamental (1947) y Avianca (1949). Entre 1956 y 1958, el internado del colegio San Luis Beltrán funcionó en el segundo piso y el prefecto de disciplina dormía en el minarete. En 1959 fue ocupada por tres negocios diferentes: en el primer psio, por el Bar el Chicote y Taxader (Taxi Aéreo de Santander), y en el segundo piso, por el Hotel Colonial.

Declarada Monumento Nacional en 1970, la Casa de la Aduana pasó tres años más tarde a ser propiedad de la Nación. En 1979 el Banco de la República la adquirió para albergar el Museo del Oro Tairona.

  • El Fuerte San Fernando

Es Patrimonio de la Nación, pero pocos son quienes lo conocen, pues el acceso hasta el lugar es limitado. Construido en el año 1725 en las estribaciones del cerro La Pedrera, entre las playas San Carlos y Lipe, en el costado sur de la bahía samaria, en honor al futuro Rey  Fernando VI.

Lo ubicaron ahí, pues mientras las otras ciudades de la región prosperaban, Santa Marta veía cómo las flotas de galeones se alejaban de su puerto debido a que los ataques de los piratas y bucaneros se repetían con frecuencia y su población disminuía.

Las otras fortalezas construidas (San Juan, San Vicente, Nuestra Señora de la Caridad, en Punta Betín y San Antonio) fueron desapareciendo con el tiempo y solo la Isla del Morro y San Fernando quedaron en pie. El primero está a la vista de todos, frente a la bahía, cual centinela de la ciudad; el segundo, escondido en predios de una guarnición militar (la Primera División del Ejército y Batallón Córdoba). Ambos fueron declarados Patrimonio de la Nación, el fuerte en 1980.

En la actualidad, la Universidad del Magdalena, a través de la Facultad de Humanidades y de su Programa de Antropología, avanza en conversaciones con la Primera División del Ejército Nacional, con el fin de preparar un documento técnico que permita su restauración.



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