Sesenta niños del Resguardo Kogui-Malayo-Arhuaco recibieron con alegría la visita de los estudiantes del Programa Profesional en Deporte, adscrito al Creo Unimagdalena, para compartir experiencias a través de la lúdica y los juegos tradicionales; un intercambio cultural que evidencia el reconocimiento de los pueblos ancestrales como parte esencial de los procesos educativos.
Los estudiantes que tuvieron que recorrer por más de cinco horas el camino para llegar al resguardo indígena obtuvieron su recompensa: la sonrisa de los pequeños que están asentados en las estribaciones de la Sierra Neavada de Santa Marta.
"La Universidad del Magdalena llegó para enseñarnos y me alegra mucho aprender de todo lo que nos quieren inculcar", expresó uno de los niños beneficiados.
