Dos personas de origen venezolano se han convertido en los ‘guardianes’ de una de las afluentes más contaminadas de la capital magdalenense. Ellos se disponen desde muy temprano a recoger los desechos que el río arrastra hacia la desembocadura, en el sector de la Playa Los Cocos.
Por: Anayancy Vidal H.
Redacción
EL INFORMADOR
Fotos Ly Erick Amasifuen.
A medida que pasa el tiempo cada vez más es evidente el alto consumo de plásticos en la sociedad y que va creciendo de forma vertiginosa acabando a su paso con los ecosistemas del planeta; sin embargo, existen personas que buscan de alguna manera remediar el daño ocasionado por otras personas inconscientes.
Se trata de una joven pareja oriunda de Venezuela, que llegó desde Lima-Perú, hace aproximadamente dos meses a Santa Marta en busca de oportunidades en el área del turismo y la recreación, oficio al que se dedicaban en el país Inca, pero las circunstancias los obligaron a desplazarse hasta llegar a esta ciudad.
Para Juan Carlos Quijada González y Tainy Estefania Piñero Zerpa, amantes de la naturaleza, decidieron aportar un granito de arena para contrarrestar un fenómeno social que poco a poco ha ido deteriorando el río Manzanares, producto de la indolencia de los ciudadanos que circundan este cuerpo de agua.
Para estos dos extranjeros, el haber llegado a Santa Marta fue algo mágico pese a las adversidades que han tenido que pasar y aseguran que comparando el país donde vivían recientemente, esta ciudad es un “paraíso”. Este encanto los llevó a tomar la iniciativa de salir a las 5:00 de la madrugada hasta las 8:00 de la mañana a recoger la basura que arrastra el Manzanares hasta la desembocadura en el sector de la playa de Los Cocos.
Con muy pocos recursos de bioseguridad y con algunas herramientas sacadas de los mismos desechos que bota el río hacia el mar, se las ingenian para que día a día esta zona sea un lugar más limpio. Esta actividad la llevan haciendo desde hace 45 días, luego de realizar una caminata por esta zona de la ciudad, cuyo paisaje los ‘embriagó’ de encanto.
En la mañana de este lunes, luego de finalizar la jornada de limpieza, tomaron algunos elementos reutilizables y plasmaron un contundente mensaje en la arena que decía: “No plastic”, con el fin de hacer ver esta problemática de contaminación por parte de los moradores de la ronda hídrica que sigue generando impactos ambientales.
Luego de retirar los desechos del río, esta pareja separa los que se puedan reutilizar y los entregan a otros recicladores para que les den el respectivo manejo y la otra parte la ubican de tal manera que el río no la arrastre y más bien le facilitan el trabajo a los vehículos de la basura para que puedan llevársela
Ahora Quijada y Piñero junto a su pequeña hija de tres años de edad, han adoptado por oficio ir todos los días desde su casa en el barrio Manzanares hasta la desembocadura de este río tan atropellado por la indiferencia de las personas para sacar los residuos sólidos. Algunos vecinos del sector se acercan y les reconocen con algo de dinero o comida por su trabajo, sin embargo, manifiestan que es necesario una mayor contribución para que ellos puedan continuar con esta importante labor.
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“Nos gusta la idea de saber que estamos contribuyendo a que este lugar tan bonito que tienen los samarios, se mantenga limpio".
