En los últimos años Santa Marta se ha convertido en una de las ciudades más visitadas de Colombia; a tal punto que, la hotelería ha incrementado su capacidad con el propósito de atender la demanda de turistas que llegan a la ciudad en temporada de vacaciones.
Sí bien es cierto que, la Semana Santa es tiempo de oración y de reencontrarse con Jesús, también es utilizada para vacacionar y disfrutar de los paradisíacos lugares que hay en Colombia, tales como las playas de Santa Marta y demás lugares turísticos que descrestan a los colombianos y extranjeros.
Y aunque muchos turistas arriban a la ‘Perla de América´ para hospedarse en hoteles de alto renombre, otros se ‘refugian’ en los hospedajes informales que tienden a ser más económicos y de fácil acceso. Pese a las constantes denuncias que ha recibido la ‘parahotelería’ en sectores como El Rodadero, esta práctica continúa siendo un método de trabajo para aquellos que viven del turismo de manera informal.
En conversaciones con un apartamentero del Rodadero Sur se conoció que “nosotros tratamos de llamar a los clientes y los propietarios de los apartamentos realizan un acuerdo con el turista. Aunque el trabajo es informal, garantizamos que la persona podrá disfrutar del inmueble de una manera tranquila y a gusto”.
En cuanto a los precios, el trabajador instó que “en la mayoría de apartamentos se cobran son los días, más no la cantidad de personas. Los precios oscilan entre $200.000 a $500.000. Incluso, la renta del apartamento también va ligada a su ubicación”.
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Por último, habló sobre las expectativas que se han hecho durante la Semana Santa y ratificó que “este tipo de hospedaje está liderando en El Rodadero. Pese a no estar regulado, tratamos de ser lo más sinceros posibles y ofrecerle lo mejor al turista. Sabemos que muchos se quejan, pero es la manera que tenemos de trabajar para llevar un sustento a nuestras casas”.
Cabe recordar que, el gremio turístico de Santa Marta ha insistido en regular esta industria para beneficio del Estado, los empresarios y de los mismos turistas, puesto que con ello se mejora la calidad del producto, se minimizan los impactos ambientales, sociales, de riesgos para la seguridad y de evasión fiscal.
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