La Medalla Milagrosa, un auxilio caído del cielo

Actualidad
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger


Un 27 de noviembre de 1830, la Virgen Inmaculada se le apareció a Santa Catalina Labouré, joven novicia de la Congregación de las Hermanas de la Caridad, en la capilla de la rue du Bac en París y le confió una misión: "Haz acuñar una medalla igual a este modelo. Las personas que la lleven con confianza, prometió la Virgen, recibirán grandes gracias, sobre todo si la llevan pendiente del cuello".

Promesa de la Virgen María se cumplió

El 26 de marzo de 1832 una terrible epidemia de cólera se desató sobre París y se extendió hasta mediados de aquel año.

Para darse cuenta de la magnitud de la catástrofe, basta considerar que las estadísticas oficiales consignaron 18.400 fallecidos.

El día 30 de junio las Hermanas de la Caridad recibieron las primeras 1.500 medallas que inmediatamente comenzaron a distribuir... y los enfermos se curaban. "¡La medalla es milagrosa!" -exclamaba a una voz. La noticia se difundió, y la medalla y los milagros también. De ahí proviene el nombre con el que se le conoce hasta hoy.





Más Noticias de esta sección

Publicidad