Gobiernos del cambio: ¿superávit de incapacidad?

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Escrito por:

Veruzka Aarón Torregrosa

Veruzka Aarón Torregrosa

Columna: Opinión

e-mail: veruzkaaaron.t@gmail.com

Twitter: @veruzkaaaron


El Superávit, es una “situación financiera en la cual los ingresos son superiores a los gastos (RAE).  Cuando se trata de empresas privadas, este término es sinónimo de ganancia. Pero, cuando son cuentas gubernamentales -superávit fiscal-, puede tener implicaciones diferentes. En una administración pública, un superávit podría ser producto de recaudar más dinero del que necesita para cubrir las necesidades del territorio o de su baja capacidad de ejecución. Esto último, sería la explicación para que el cierre fiscal del 2023, último año del exgobernador Carlos Caicedo, reportara un superávit de $400,309,678,154 y unas reservas -que deberían ser excepcionales- de $243,213,803,347; en total una disponibilidad de $643.523,481,501 (Consolidador de Hacienda e Información Pública-CHIP). Esta gestión expresa la contradicción de un gobierno que perdió tiempo valioso victimizándose políticamente porque la Nación no le asignó más recursos para ejecutar su Plan de Desarrollo, en lugar de planificar y ejecutar los recursos de los cuales sí disponía para mejorar la calidad de vida de los magdalenenses. ¿Si la Nación hubiera entregado más recursos, el superávit hubiera sido mayor? Casi seguro.

El superávit del 2023 no fue una novedad en la gestión administrativa del anterior Gobierno del Magdalena, así lo demuestran las vigencias anteriores: $240.894.670.899/(2020), $307.656.556.165/(2021) y $395.541.034.817/(2022). Lo que sorprende es que sectores esenciales como la salud, después de atravesar una pandemia, reporten recursos sin ejecutar como lo advirtió el Ministerio de Salud al identificar un saldo en las cuentas Maestras de Salud del Magdalena por valor de $79.184 millones (vigencia 2022). Este hallazgo, obligó al exgobernador Caicedo a firmar el Decreto 379 de Agos/2023, mediante el cual se acogía a Medida Preventiva de Plan de Desempeño a fin de mejorar los niveles de ejecución presupuestal. 

¿Cómo justificar que un departamento como el Magdalena con tantas necesidades por cubrir, no invierta la totalidad de los recursos que tiene a su disposición? Mientras $83,978,320,747 de Libre Destinación reposaban en los bancos, en los municipios cientos de familias con necesidades básicas insatisfechas y una pobre inversión pública, quedaron a la espera de acciones del gobierno para la generación de empleo y el impulso de la actividad económica. Esto es confirmado con las cifras de pobreza monetaria en las que el Magdalena pasó del 52,7% en el 2021 al 53,9% en el 2022, ubicándose como la sexta cifra más alta en el país.

Que el pobre nivel de ejecución del gobierno del “cambio” sea la principal causa del monumental superávit, queda soportado al constatar el bajo resultado de los indicadores del Magdalena respecto a su desempeño territorial, evaluado por el Departamento Nacional de Planeación-DNP. El resultado del Desempeño Fiscal (vigencia/2022)–evalúa la gestión y sostenibilidad financiera de las entidades territoriales-, categorizó al Magdalena en condición de riesgo (>=40 y <60); el Índice de Gestión de Proyectos de Regalías (III/trimestre/2023) lo ubicó en el puesto 28 de 33 departamentos, por debajo de Guajira (16/33) y en la evaluación de la ejecución del Plan de Desarrollo ocupó la peor posición nacional con un 32%.

Pese a sus resultados, pero fiel a su modelo de gobierno cosmético, la administración del “cambio” no dudó en contratar la inmarcesible propaganda empleada para cubrir su incompetencia. Muestra de ello, el contrato del 20/sept/ 2023 por valor de $500.000.000 para la “Prestación de servicios profesionales especializados para el diseño, asesoría, implementación y seguimiento de un plan de medios que permita a la Gobernación del Magdalena comunicar eficazmente las ejecutorias del Plan de Desarrollo 2020-2023 "Magdalena Renace" a los ciudadanos del Departamento”. ¿Se justifica pagar esta suma de dinero para comunicar tan pobres resultados?

Contrario a lo prometido en su Plan de Desarrollo, el gobierno del “cambio”, en lugar de hacer renacer al Magdalena, lo sepultó. Al parecer, como en el Distrito de Santa Marta, los del “cambio” capitulo-Magdalena, necesitarán al menos tres periodos para tratar de disimular el superávit de incapacidad de sus predecesores. ¿Cuántos periodos necesitará el Magdalena, para despertar de su letargo político?



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