Reconsiderar los roles

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La cuarta forma de enriquecer las relaciones familiares es reconsiderando los roles. Conforme a lo establecido por Stephen Covey en su libro el octavo habito, los cónyuges y los padres representan tres (3) roles: 1. Productor, 2. Administrador, y 3. Líder.

“El productor hace lo necesario para lograr los resultados deseados. Para incrementar los resultados, un productor puede usar herramientas. Un padre centrado sólo en la producción se preocupa de que la casa esté limpia y el patio bien cuidado. El mismo efectúa la mayor parte del trabajo y luego critica a sus hijos porque no han cumplido con la parte que les correspondía.

Muchos padres productores no saben delegar, y así acaban haciendo ellos mismos las tareas y quedando agotados. Todas las noches se van a dormir exhaustos, irritables, críticos y disgustados porque los demás no han colaborado más. Tienden a creer que la solución para la mayoría de los problemas es que ellos mismos pongan manos a la obra y hagan esa tarea. Cuando intentan delegar, a menudo concluyen afirmando: me lleva más tiempo explicarlo y capacitar a una persona para realizarlo que hacerlo yo mismo. Así que ceden y vuelven a la producción, para terminar con el cuerpo destrozado, sintiendo lástima de sí mismos y martirizados. Siempre andan sobrecargados de trabajo, ajetreados, cansados y disgustados. Sobre reaccionan ante lo errores y corren a corregirlos. Siempre están encima de los demás y lo controlan todo constantemente, socavando así la motivación de sus hijos y cumpliendo con la profecía de: ya lo sabía; sabía que no lo harían”.

En el segundo rol de administrador, “el padre delega en sus hijos diversas tareas de la casa y el jardín. Esta delegación multiplica la capacidad del padre: El padre administrador compensa las debilidades del hijo productor. El administrador comprende que se necesita una estructura, sistemas (capacitación, comunicación, información y compensación) y normas de procedimiento y prácticas basadas en principios correctos. Con eso, gran parte de la producción puede llevarse a cabo poniendo el piloto automático. Pero……… precisamente por esta razón, el padre administrador tiende a ser inflexible, burocrático, orientado hacia los métodos y mentalizado hacia los sistemas. Con el correr del tiempo los administradores tienden a concentrarse en la eficiencia y no en la eficacia, en hacer las cosas correctamente y no en hacer las cosas correctas”.

Finalmente, el tercer rol que pueden representar los padres es el de líder, pero es el que menos representan. De hecho, afirma Covey que “existen muchas familias bien administradas que carecen de liderazgo, que proceden correctamente, pero van en mala dirección o están repletas de excelentes sistemas y listas de control para cada uno de sus miembros, pero sin corazón, sin calidez, sin sentimientos. Los hijos tienden a escapar de estas situaciones, y a veces no regresan, excepto para cumplir con lo que les indica su sentido del deber familiar.

Si la madre cumple constantemente con el rol de productora, el padre el de administrador, y nadie ejerce el de líder, los hijos ayudarán muy poco y de mala gana. El rol del líder consiste en dirigir siendo un modelo y dando la perspectiva, en motivar a través del amor y la inspiración, en construir un equipo complementario basado en el respeto recíproco, en mentalizarse hacia la eficacia, concentrados en los resultados y no en los métodos, sistemas y procedimientos.

A medida que los hijos crecen y son capaces de asumir mayores responsabilidades, los roles de administrador y líder tenderán a hacerse cada vez más importantes. Finalmente, el rol de líder será destinado a uno de los padres o de los abuelos”.



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