“Museología” del trópico, y el péndulo

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Escrito por:

José Lopez Hurtado

José Lopez Hurtado

Columna: Opinión

e-mail: joselopezhurtado13@yahoo.es



La Sociología académica contemporánea, en particular, y la Ciencia Política, tratan de explicar, tanto la organización, como las estrategias, logros, liderazgos, fines etc., del proceso de cambio de la sociedad, en su componente político. No hay --no podría haber-- explicaciones dogmáticas, ni infalibles, sólo aproximaciones teóricas. La Primavera Árabe (2010-12), vrg, recibió por parte de esta disciplina, importantes aportes, en ocasión de las gigantescas manifestaciones de protesta que se dieron en esa parte del mundo, motivadas con el propósito de lograr una apertura democrática, y la conquista de derechos sociales confiscados, particularmente en Túnez—en la que se iniciaron las revueltas--, tras soportar un régimen dictatorial de 28 años. Por el efecto-domino, Egipto—Hosni Mubarak permaneció 25 años en el poder--, Yemen, Argelia, Jordania, Libia etc., participaron también de la gigantesca ola de protestas. La 2ª Primavera de 2018, con un componente predominante de reclamos económicos, que involucro a Jordania, Sudan, Irak y Argelia, entre otros, está igualmente a la espera del escrutinio de los analistas de la sociología y de los estudios especializados  en los fenómenos políticos de esta parte del mundo, que arrojen conclusiones definitivas sobre su éxito o fracaso sobrevinientes. Aunque las motivaciones parecieran obvias, en todos los casos.

Mientras que, por estos lares, en nuestro trópico, si bien las causas no difieren mucho de los estereotipos, es decir de los de explotación y desarraigo, ejercidos desde tiempos ancestrales, por parte de unas elites deshumanizadas, los brotes de protesta social, tienen algunas connotaciones diferentes y particularidades bien marcadas.

La llamada “Marea Rosa “que inundo A. Latina – tras la noche oscura de las dictaduras militares--, en la década de los 70 y 80 (Ver nuestra publicación “Marea Rosa”, en un mar embravecido”, Diario El Informador de Santa Marta, y otros, 27-IV-23), signada por el predominio de gobiernos de izquierda en la región, fue advertida como producto de la natural oscilación del péndulo histórico, y del propio desgaste de gobiernos de derecha. Explicación, la del péndulo, de un recurrente fenómeno que no obedece a ningún estándar académico o presupuesto científico, solo a las indescifrables leyes de la física. Empero, el resultado de las recientes elecciones presidenciales en Argentina (primarias), Guatemala y Ecuador, no encajan dentro del inveterado esquema, en un abierto desafío a la omnipresente “Museología” de anquilosadas figuras, partidos y agremiaciones de la política tradicional, que las gentes de nuestro trópico, se empeñan en escoger como sus dirigentes, pese a la enorme deuda histórica contraída con sus pueblos. 

Javier Milai, Arévalo y Noboa, ganadores en sus países,  (el primero y el tercero, sorpresivamente catapultados a segunda vuelta, y el fundador del partido Semilla, del país centroamericano, vencedor absoluto para investirse como Presidente de la Republica), despiertan nuevas expectativas para los estudiosos de la realidad latinoamericana, que –como queda dicho– resolvió, en esta oportunidad, alejarse del libreto del péndulo predecible, incluida la participación de los dinosaurios de la “museología” tropical de nuestros países, y más bien, ajenos a la misma, con un discurso anti-establecimiento, que rompe todos los cañones. Max Weber, Comte y Durkheim, nos den luces para entenderlo.



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