Represa del Cercado: Propuesta de solución

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Escrito por:

Miguel Lacouture Arevalo

Miguel Lacouture Arevalo

Columna: Opinión

e-mail: clearyclear@gmail.com

Twitter: @lacoutu


La Represa del Cercado, permitió embalsar el Río Rancherías, en la jurisdicción territorial de San Juan del Cesar (Guajira), corregimiento de Caracolí, falda oriental de la Sierra Nevada de Santa Marta. Desde 1962, el Dr. Elías Lacouture Acosta, siendo Representante a la Cámara presenta el proyecto que permaneció siendo una mera esperanza de solución para el sur de La Guajira.

Hasta 2002 en el primer gobierno del Dr. Uribe, se decide la construcción de la presa con el propósito inicial de irrigar 18.536 hectáreas de la mejor calidad, con excelente ubicación logística, en el área de mayor luminosidad de Colombia, el caribe seco tropical, puertos de despacho a menos de 120 kilómetros, agua para la baja y media guajira, nueve municipios, iniciando en San Juan del Cesar y terminando en Maicao, Manaure y Uribia y generación de energía limpia, amén del desarrollo ecoturístico que deviene con el tiempo luego de su llenado.

La potencialidad de irrigación de 18.536 hectáreas con las aguas que embalsa el Cercado en un área inundada de 638 hectáreas es de  198 millones de m3, está distribuido en dos áreas:

1) Asorancheria: Buenavista, Distracción, Fonseca. 

2) Asosanjuan: Con dos áreas definidas, El triángulo de los corregimientos de Los Áticos, Los Pondores y San Juan y al sur de Buenavista al puente del guanábano.

A 60 años de sembrada la esperanza, solo se ha logrado la ejecución de la fase 1 del proyecto, construcción de la presa y embalsar el Rancherías. Embalse que requiere ser regulado constantemente, con ello se obtiene en principio la estabilización del caudal durante los 365 días del año, generando directamente el beneficio de manera exclusiva y constante, a usuarios de acequias o canales de irrigación de las tierras en municipios en el área de influencia de Asorancherias.

El área correspondiente a Asosanjuan requiere de conexiones intraprediales y conducción en túneles subterráneos en extensión de 3.183 metros. Luego, hacer las ramificaciones a cada uno de los predios beneficiarios. El costo total estimado está entre 40 y 50 Millones de pesos hectárea, sumas que no está al alcance de ninguno de los propietarios o tenedores de los predios del área de influencia.

Conversando con propietarios potenciales beneficiarios del proyecto, contaban que la ADR, ha desarrollado reuniones dando a conocer el planteamiento de financiación. La verdad, inentendible, ya que se parte de la UAF para los municipios de la baja guajira, (Entre 43 y 58 hectáreas), se tendría que aportar sumas que oscilan entre los 30 Y 50 millones de pesos por cada UAF, pasando por alto la situación socioeconómica del área que imposibilita afrontar costos y gastos más allá de los básicos para la vida digna.

La solución de este cuello de botella  está la creación de empresas de economía mixta, entre empresas nacionales o extranjeras que se asocien con el Estado creando personas jurídicas con suficiente músculo financiero y experiencia en la construcción y administración de sistemas de riegos y drenajes, o, contratos de concesión para la construcción  y puesta en funcionamiento del sistema, con empresas nacionales  o extranjeras, que sobran en el mercado global, que cumplan los requerimientos anotados, que han mostrado interés en hacerse parte del negocio. Complementada mediante asociaciones privadas de estas empresas con propietarios individuales o asociados, para poner a producir las tierras del sur de la guajira. Israelíes, con la mejor y amplia experiencia, son los llamados a acercarlos a estos negocios. 

Sería fructífero para todas las partes. Particularmente, la población Wayuu, encontrará una fuente de generación de empleos digna y bien remunerada. Los municipios podrán hacerse mayores recursos mediante la ampliación de la base de imposición fiscal. En fin, mejoramiento socioeconómico para toda la región. Soluciones hay, obligatorio, ser creativos y asumir riesgos, abrirnos a los grandes capitales que están buscando donde anidar. Qué mejor oportunidad se les puede ofrecer a las partes para el desarrollo agropecuaria e industrial de una de las áreas más deprimidas del territorio colombiano, con ello el beneficio del agua sería para todos, no para unos pocos.



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