Hay un enemigo silencioso en el erario de los gobiernos, nadie lo ve, a manera de ejemplo actúa como una enfermedad terminal que acaba poco a poco a una persona hasta llevarlo a la muerte, la salud financiera debe ser administrada con un enfoque de gasto racional sin perder de vista la atención a las poblaciones vulnerables que son sujetos de protección constitucional como la figura del adulto mayor y la madre cabeza de hogar que hacen parte de esta clase de población.
El cáncer del gasto público es el derroche de dinero sin control y sin cumplir una finalidad social, desde la escena de la academia se viene discutiendo sobre la corrupción creativa un fenómeno que hacer ver a la sociedad de que se están haciendo obras para el beneficio común, pero el trasfondo de esto que los contratistas al malversar los fondos para ejecutar un proyecto que tarda el tiempo estipulado en lo que se acordó en el contrato, que posteriormente el Estado procede a oprimir al ciudadano de a pie en sobrecargarle paquetes tributarios para tapar los famosos huecos fiscales causados por los corruptos.
En esta región del mundo, la sudamericana, los índices de corrupción son abrumadores, lamentablemente los hechos de corrupción se han ‘institucionalizado’ dentro de la sociedad, recordando la frase que ‘roben, pero que hagan’. La corrupción de hacer como la de no hacer están de igual de peligrosa que puede causar daños en la economía de un país y su recuperación tardaría años.
Nuestros mandatarios en el día de hoy no aprende la lección por la sencilla razón de cumplir promesas de campaña a sus amigos electorales, algún día el sistema tiene que cambiar, se actúe de manera sensata en el manejo de los recursos públicos. Algunos piensan que al someter al Estado a un proceso de austeridad llevaría a un Aparato Estatal deficiente porque las entidades públicas tienen una gran demanda de atención a población vulnerable y esto requiere del recurso humano e implementación tecnológica para que pueda darse la satisfacción social.
Esta argumentación de la deficiencia estatal no es absolutamente cierta porque hay nuevos desafíos en la modernización, en la prestación del servicio y una de ella es la automatización, la inteligencia artificial reemplazaría gradualmente el trabajo del hombre, puede resultar desagradable está contra argumentación e impopular, pero es una realidad que se avecina.
En esta nota de opinión propongo desde las aulas educativas retomar la enseñanza a la niñez sobre la importancia de la honradez, estos principios y valores crearían una seguridad en la moralidad pública, contaríamos en el futuro con funcionarios que se destacarían en sus roles profesionales y a la vez buenos administradores de los recursos que se le encargan. A veces pienso que nos estamos desgastando en crear leyes para combatir la corrupción en el gasto público, en la práctica se esfuma, porque no atacamos el problema de raíz, que es una crisis de modelo de persona.