Relación derecho y política desde la filosofía

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

Luis Tabares Agudelo

Luis Tabares Agudelo

Columna: Opinión

e-mail: tabaresluis@coruniamericana.edu.co


La reflexión sobre la relación entre derecho y política es fundamental en la actualidad en un contexto en el que se cuestiona la legitimidad de las instituciones políticas y la eficacia de las normas jurídicas para garantizar los derechos fundamentales de las personas. 


De hecho, esta relación ha sido objeto de debate y controversia desde hace siglos. En este sentido, es fundamental analizar la postura de los filósofos que han reflexionado sobre ella para entender cómo se ha construido la forma del derecho y el concepto de lo político.


Así las cosas, en El Contrato Social, Jean-Jacques Rousseau, presenta una teoría política que se basa en la idea de que la soberanía reside en el pueblo y que el objetivo de la sociedad civil es proteger y promover el bien común. Afirmó, que la voluntad general es la única fuente legítima de autoridad en una sociedad civil y debe ser protegida por un sistema de leyes que sea igual para todos. Quiere decir que el derecho es una herramienta para proteger la libertad y la igualdad de todos los ciudadanos. Para Rousseau, la importancia de una Constitución que establezca claramente los límites del poder y que garantice la protección de los derechos fundamentales es primordial en una sociedad. 


En contraste, Carl Schmitt en su obra Sobre el parlamentarismo, sostiene que la soberanía no reside en el pueblo, sino en el Estado. Define la política por la distinción amigo-enemigos y cuestiona la idea de que la ley debe ser igual para todos. En esta obra, analiza la relación entre la política y el derecho defendiendo la importancia de la figura del Estado como garante de la seguridad y el bienestar de los ciudadanos. Afirmó que el derecho no es una herramienta neutra, sino que está condicionado por la política y por las decisiones que se toman por las mayorías en cada momento. 


Adicionalmente, Luigi Ferrajoli en su obra Las garantías constitucionales de los derechos fundamentales, defiende la idea de que estas garantías son primordiales para la protección de los derechos humanos en una sociedad democrática. Para él, la ley debe ser igual para todos y la protección de los derechos fundamentales debe estar garantizada por un sistema judicial independiente. 


Igualmente, en The Forum of Principle, Ronald Dworkin, argumenta que el derecho debe ser interpretado de acuerdo a los principios morales fundamentales y no simplemente de manera literal. Para él, la protección de los derechos fundamentales es una cuestión de justicia y debe ser asegurada por un sistema judicial que tenga la capacidad de interpretar el derecho en función de estos principios. Defiende la importancia de un sistema judicial independiente basado en los principios del derecho natural y que su forma debe estar basada en la justicia y la igualdad. 


Finalmente, Thomas Hobbes, en su obra Leviathan defiende la idea de que la soberanía debe estar en manos de un monarca absoluto. Creyó que la sociedad civil surge de un contrato social en el que los individuos renuncian a su libertad natural para obtener seguridad y protección del Estado. De igual manera, defiende la importancia del Estado como garante de la seguridad y la estabilidad social. Afirmó que la forma del derecho debe estar basada en la ley y en la autoridad del Estado, y su legitimidad depende de su capacidad para proteger a los ciudadanos de la violencia y el caos. 


En síntesis, las posiciones de los anteriores filósofos en la relación del derecho y la política reflejan diferentes concepciones sobre la naturaleza del poder y la autoridad en una sociedad civil; pero todos coinciden en la importancia de un sistema judicial independiente y sin ingerencia de los otros poderes.  


Para concluir, siempre afirmó el doctor Carlos Gaviria Díaz que la propuesta de toda nuestra Constitución de 1991 “estuvo más bien a tono con la filosofía rousseauniana, un Estado mucho más democrático, un Estado con más derechos, un Estado con democracia participativa, un Estado donde además existieran mecanismos eficientes, eficaces para que los derechos tuvieran vigencia, como la tutela, las acciones populares, las acciones de cumplimiento, para que no se quedaran escritos esos derechos”.





Más Noticias de esta sección