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Escrito por:

Luis Tabares Agudelo

Luis Tabares Agudelo

Columna: Opinión

e-mail: tabaresluis@coruniamericana.edu.co


René Descartes, matemático, físico y filósofo francés, hoy considerado como el padre de la filosofía moderna, acuñó: “Pienso, luego existo” para indicarnos que la única forma de encontrar la verdad es mediante la razón. Quiso decir: pensando.

Con relación al pensamiento, a la forma como lo llevamos constantemente con nosotros, a sus constantes y cientos que llegan a la mente hasta el punto que no distinguimos si tenemos la mente o la mente nos tiene a nosotros, han surgido varios autores que nos explican sus pros y sus contras.

De todas maneras, el apoderamiento de la mente al ser humano se ha debatido durante siglos desde que surgió la religión budista con Buda al que se le dio el calificativo del “iluminado” debido a que logró parar la mente y disfrutó a toda hora del “momento presente”. Lo anterior es la base y principio de lo que conocemos cómo “meditación”. Pero -en esa época y por muchos años- sus súbditos concluyeron que la iluminación solo era para su Buda y que ellos deben seguir con el tormento mental.

En el ramillete de autores me encontré con el que hoy es mi maestro y mi gurú: Eckhart Tolle quien trajo los principios budistas y los transformó en un estilo de vida. Su libro cumbre El Poder del Ahora hoy es mi biblia maestra y el obligado de consultas diariamente.

Dice mi maestro que la mente debe ser como una herramienta, como un interruptor, como un bombillo: utilizarlos cuando se necesita y cuando no, guardarlos o apagarlos.

Además, Robin S. Sharma que en su libro El Monje que vendió su Ferrari, nos lleva a dudar de que la felicidad llega a medida que vamos acumulando propiedades, bienes y dinero, nos trae la historia de un prestigioso y acaudalado abogado que vendió absolutamente todos sus bienes y se fue a buscar la iluminación.

En el libro Alimento para el espíritu de Ramiro Valencia Cossio he encontrado mucha paz y tranquilidad. Su autor nos trae el principio de andar por el mundo “ligero de equipaje” refiriéndose a que en nuestro recorrido viajemos ligeros de pensamientos; solo así podríamos disfrutar nuestro viaje.

Y por último, Eduard Bono, escritor y psicólogo de la universidad de Oxford, conocido mundialmente por haber acuñado el principio: “pensamiento lateral”, con su obra maestra “Seis Sombreros para pensar” transforma todo lo anterior y lo lleva hasta las empresas dándole color a la forma como a la mente debemos ponerle freno o puede entorpecer las estrategias empresariales. La premisa de su escrito es “Debe enseñarse a pensar explícita e intencionalmente”.

Hace el autor en su libro una recopilación de los principales pensamientos y les pone un sombrero de color para identificar porqué un integrante del proyecto reacciona de tal manera. Afirma que aunque el pensamiento es el principal recurso del ser humano, empresarialmente se debe tener uno a la vez.

En síntesis, no olvides que acá en la tierra es donde está el cielo y el infierno. Tus acciones son las que marcan tu vida. Siendo excelente ser humano vives tu cielo. Siendo pésimo, vives tu propio infierno. Además con la mente taladrando hasta el punto de rayar la locura nunca podrás alcanzar la armonía, tranquilidad e iluminación: vives un infierno, maltratas a los tuyos y no te das cuenta.

En conclusión, para parar la mente, utilizarla como una herramienta, apagarla cuando no la necesitemos, esté muy parlanchina, nos taladre y le esté metiendo cizaña y aumentando los problemas, hay técnicas. No esperemos actuar como locos, estamos a tiempo de volvernos los conciliadores en la familia, en el trabajo o en nuestra comunidad. Mi gurú afirma que la próxima evolución del ser humano es lograr pararla y apagarla a nuestro antojo y utilizarla como la herramienta o el bombillo cuando se necesite.

En últimas, me permito dejarte mi premisa: con 5 segundos que logres pararla, que no tengas pensamiento, sentirás una hermosa tranquilidad de espíritu. Si al actuar estás sin pensamiento, nunca reaccionarás con agresividad. Si reaccionas sin pensamientos ni emociones, los problemas se alejarán: vivirás tu cielo.