Bastante se advirtió y poco caso hicieron en el nombre de la paz, en un sinnúmero de debates que tuvimos con nuestros amigos, colegas, compañeros de academia – universidad - y familia, donde siempre quedaba una conclusión y es que el Acuerdo Final entre el Gobierno y las Farc, tenía muchos vacíos que daban lugar a la interpretación, los cuales le daban riesgos al Acuerdo a la hora de la implementación.
Esta realidad hoy la vemos, cuando se analizan los pronunciamiento del Gobierno y de las Farc, pues se entendía que luego del llamado “día D” vendría la entrega de armas y de niños; aliciente de ello, las Farc entregaron el pasado 10 de septiembre los primeros niños menores de 15 años que estaban en situación de reclutamiento y secuestro.
Ahora abriendo un pequeño paréntesis
¿Qué ha pasado luego de esta fecha?
¿Dónde están los otros niños?
¿Por qué siguen reclutados?
Ese vacío que dio lugar a la interpretación del Gobierno, del Pueblo y de las Farc, hoy lo estamos viviendo todos, pues estamos escuchando y esperando algo distinto.
El Gobierno espera una pronta entrega de los menores y pide que “No tomen más del pelo”, el pueblo espera que al cumplir los primeros 60 días luego de la refrendación del Acuerdo - los cuales se cumplen en menos de una semana- haya gran parte las armas y la totalidad de los niños en sus hogares y por su parte, las Farc cada día ponen más condiciones para la entrega de los menores.
Dentro de este debate se alzan diferentes voces, el presidente del Senado, Mauricio Lizcano, propone no sesionar en temas de paz hasta que el Gobierno y las Farc no se pongan de acuerdo en la entrega de niños, y por otra parte, aunque del mismo lado de la bola miembros de la unidad nacional reclaman esta propuesta y por el contrario, piden avanzar lo antes posibles en los últimos temas que quedan para la implementación del Acuerdo que aún tiene muchos vacíos.
Mi llamado es a los coterráneos que luego del 2 de octubre, después de pasar su momento de “tusa” llamaron a firmar un acuerdo ya, sin tener en cuenta el resultado del plebiscito. Para ellos, para ustedes mi mensaje es con la misma insistencia y anhelo de paz, llamen, marchen, presionen para que los niños que están lejos de sus familias puedan pronto estar al lado de ellos.
Ojalá esta petición que inició con la solicitud de la abogada caleña, Natalia Bedoya, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, tenga algún alcance jurídico eficiente, nosotros debemos encargarnos de la labor activa del constituyente primario de hacer cumplir este derecho fundamental y humano de los niños.