El nuevo empuje del agro

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La apertura comercial que ha venido dándose a gran velocidad en los últimos años en Colombia, ofrece nuevas oportunidades a los empresarios del campo, siempre y cuando las políticas arancelarias aplicables a las importaciones del país, se desgraven después que el Gobierno termine de hacer las inversiones en bienes públicos que garanticen la competitividad del campo.

 

La nueva política de ordenamiento y de incentivos al sector agrícola, que ha instituido el ministerio de Agricultura con los gremios de la producción agropecuaria, a través de "Colombia Siembra", va a permitir que en los próximos tres años, los productores del campo reduzcan por lo menos en un 20% los costos de producción y aumenten la productividad por hectárea, lo que seguramente se va a traducir en mayor rentabilidad y generación de riqueza en las zonas rurales del país.

Bajo esta política de impulso a la productividad y competitividad del sector agropecuario, es conveniente que no se modifique la política pública de estabilización de precios y protección arancelaria, teniendo en cuenta, que apenas el Presidente Juan Manuel Santos y la Misión Rural, acaban de lanzar una reestructuración en la institucionalidad pública del sector para atender con eficiencia los retos que plantea la internacionalización de la economía.

Entendemos que hay una enorme preocupación por el aumento de la inflación, pero existen otros mecanismos más efectivos para bajarla, que la reducción o la ampliación de los cupos de importación de alimentos sin aranceles. La inflación es un costo que deben asumir todos los integrantes de la cadena alimentaria, no debe dejarse solo el productor del campo. Para eso existen instrumentos financieros como las coberturas cambiarias, coberturas de precios y línea de crédito en dólares.

Con la trepada del dólar, a los agricultores y ganaderos se le subieron los costos de producción en más del 24%.Hoy, tienen que pagar más caro los combustibles, fertilizantes, energía y transporte. Sin contar, con las pérdidas de sus cosechas, ocasionadas por el fenómeno de El Niño.

Hay que apoyar el esfuerzo que viene haciendo el ministerio de Agricultura, dentro de las inevitables limitaciones presupuestarias, de las restricciones que nos impone la OMC y las leyes que aseguran la libre competencia de las empresas del mercado, para ayudar a bajar la inflación y aumentar la inversión en el campo.

Los instrumentos de ayuda que ofrece el plan "Colombia Siembra", a los productores del campo van a permitir producir con costos de producción por debajo de los precios de mercado. Esta ayudas van desde reducción a las tasas de interés, subsidio a las coberturas de precio, un reconocimiento de hasta el 40%en las inversiones de mecanización de cultivos, sistemas de riego e infraestructura de almacenamiento, una subvención en el costo de la póliza del seguro y un reconocimiento del 50% en el servicio de asistencia técnica en la economía campesina familiar. Claramente, estas medidas van a dinamizar la inversión, la rentabilidad y las exportaciones de alimentos en el país.

Otra medida que ayudaría a incentivar la inversión en el campo y la producción de alimentos, es que las compras públicas en alimentos para las fuerzas armadas, bienestar familiar y demás entidades del Estado, sean en un 90% de productos nacionales.

Si logramos que estos ministerios armonicen sus políticas de inversión al plan de "Colombia Siembra", seguramente en corto plazo, vamos a pasar de importadores a exportadores de alimentos.



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