Despilfarros de Reficar ya sobrepasan los 2.400 millones de dólares, según la Contraloría

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Una veintena de exdirectivos, exfuncionarios y contratistas encaran el juicio fiscal más alto de la historia de Colombia.

El proyecto, que se gestó hace 24 años, terminó atenazado por el fantasma de la corrupción, los sobrecostos injustificados, el desfile de facturas irregulares, las denuncias de fiestas en yates de directivos bajo sospecha y contratos desmedidos.

¿Pero cuál fue el origen del caso? En 1994 Ecopetrol se embarcó en el proyecto con el fin de aumentar la producción de barriles de crudo y pasar de refinar 70.000 a 140.000 al día. Entonces, el presupuesto fue de 736 millones de dólares.

Para 2007 ya costaba 2.618 millones de dólares. Luego se estimó en 3.777 millones de dólares y al final costó 8.326 millones de dólares.

Una radiografía del despilfarro que derivó en acusaciones penales y en el juicio fiscal más alto en la historia de Colombia: se calcula la pérdida de más de 5 billones de pesos y de otros 5 billones más en dineros que dejó de percibir el Estado por el retraso en la puesta en marcha de Reficar.

Además, hay dineros embolatados que no aparecen en contabilidades oficiales pero que se gastaron a manos llenas hasta en pagos de facturas de contratistas extranjeros que consumieron whisky, licores, langostas y otras viandas en el exclusivo hotel Hilton de Cartagena.

Las autoridades pusieron bajo la lupa 2.300 contratos, con 717 adiciones millonarias y más de 1.000 subcontratistas facturando. Allí encontraron los primeros rastros de corrupción.

En su momento las pruebas del derroche. Por ejemplo, la aprobación de Reficar para el pago de millonarias facturas no revisadas a la firma CB&, ejecutora del proyecto.

Incluso, se indagan gastos por 130 mil millones de pesos en almuerzos aparentemente injustificados a trabajadores de Reficar.

Así mismo, los investigadores descubrieron la entrega de anticipos a la constructora CB&I por casi 2 billones de pesos, con el visto bueno de la firma de auditoría Foster Wheller, también vinculada al desangre.

Hace casi un año lo que le dijo a la Fiscalía el mexicano Carlos Herrera, exfuncionario de Foster Wheller que detalló la ruta de las irregularidades en Reficar: “facturaban sin los recibos, facturaban con una tarifa de hotel más alta de lo autorizado, había gastos de licenciados de CB&I que contractualmente no eran reembolsables”, relató.





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