El conjunto alemán fue superior física y futbolísticamente, además contundente en el frente de ataque.
El conjunto alemán se adelantó en el minuto 34 con un gol de Müller y sentenció el encuentro en el segundo tiempo con dos goles de Lewandovski, uno en el 56 y otro en el 85.
El poderío físico y táctico del Bayern fue demasiado para un conjunto azulgrana muy lejos de ser un rival temible ante los colosos de Europa, pero que puso sobre el terreno de juego en la segunda parte a los jugadores jóvenes que le dan esperanzas de cara al futuro.
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El Camp Nou empezó el partido encendido, cantando el himno del Barça a capela, presionando al rival, enloqueciendo cuando Memphis se dirigió a sacar córners y entonando cánticos como si, en vez de 40.000 espectadores, 100.000 almas llenasen el templo azulgrana.
El Barça no perdía el partido inicial de la Liga de Campeones desde el curso 1997-1998, cuando bajo las órdenes de Louis Van Gaal cayó por 3-2 ante el Newcastle United. Desde entonces, los azulgranas habían cosechado 17 triunfos y 5 empates. La racha terminó.