Improvisación y narcisismo

Editorial
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Sigue siendo la improvisación la característica predominante en el país, amén del narcisismo del presidente Petro, temas que dominan las grandes decisiones, lo que agrava la situación del país y el rumbo de la Nación que siguen siendo equivocados para los intereses de los colombianos.

El gobierno decide acciones con base en un patrón generalizado por la grandeza, la necesidad de adulación y por consiguiente en la falta de empatía, que genera esas decisiones  narcisistas presidenciales, como aquella de conmemorar el cumpleaños del jefe de gobierno, con la declaratoria de día cívico, sin tener en cuenta las debilidades de esta decisión, que obedece a que su fecha de cumpleaños “sea expandida como un virus por las estrellas del universo”.

Aquí podemos citar el famoso adagio popular que reza, “matar dos pájaros de un solo tiro”, ya que la fecha también coincide, además, con el aniversario de la creación del M-19, grupo guerrillero en el que él militó en su juventud; en resumen también estaríamos festejando el cumpleaños de la fundación del grupo guerrillero.

Para amainar los ánimos y creerse su propio invento, Petro decretó que ayer viernes 19 de abril fuese día cívico, con la finalidad  de disminuir el consumo de agua y energía eléctrica en el país, medida calificada de oportunista por distintos sectores, ya que desde diferentes aristas se había advertido de esta situación que no fue tenida en cuenta en ese entonces, para tomar las determinaciones y decisiones oportunas para evitar el desastre, que Dios no quiera, pueda ocurrir.

Declarar como 'día cívico de la paz con la naturaleza' el tercer viernes del mes de abril de cada año, con motivo de la protección de los recursos naturales, parece algo ilógico, cuando el mismo presidente sabe de sobra que todo esto en partes es su culpa por las determinaciones tan desastrosas y desafortunadas que ha tomado con respecto al sector minero y energético colombiano.

Los colombianos no estuvieron de acuerdo con esta decisión presidencial y menos la motivación de la misma. La Rama Judicial, por ejemplo, informó a todos los servidores judiciales y a la ciudadanía en general que se prestará con normalidad, el servicio público esencial de administración de justicia; en igual sentido se manifestó el Congreso de la República que a través de su presidente, Iván Name, dijo que no se sumará al día cívico decretado por Petro y que se desarrollará con normalidad la jornada laboral.  Y así hubo una serie de comunicaciones en este mismo sentido, sobre todo desde el sector educativo, que no acogió la propuesta de desobediencia civil de Fecode y las clases se desarrollaron con normalidad.

Algunos sectores han comentado que el objetivo de la medida es quitarle fuerza a las manifestaciones del próximo domingo en las que la oposición y organizaciones médicas rechazan la intervención del Gobierno en las empresas prestadoras de salud, EPS, tras el hundimiento en el Senado de la reforma del sector promovida por el Gobierno. Y esos sectores tienen toda la razón. Al presidente Petro le empieza a estorbar el crecimiento de la marcha de mañana domingo, y pensó que, con decretar el día cívico, la gente dejara de marchar.

Esta medida improvisada y sin sustento técnico alguno, no altera la necesidad de cambiar los hábitos y reducir el consumo de agua porque no es cuestión de un día; sino de un esfuerzo de largo aliento y debe ser sostenible a la vez. Más que un día cívico, el país necesita a todos sus servidores públicos dedicados a lograr la reducción en el consumo de agua y a los ciudadanos poniendo de su parte por el bien común.



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