SANTA MARTA RUMBO A LOS 500 AÑOS
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En Colombia, se percibe un aroma cada vez más intenso de autoritarismo emanando de la Administración nacional. El presidente y sus funcionarios más cercanos parecen moverse no por un compromiso con la democracia y la pluralidad, sino motivados por una dictadura de la ideología. Viven encerrados en un mundo de convicciones cuasi religiosas, cerrados al diálogo y a la disensión constructiva, lo que plantea serias preguntas sobre la dirección que está tomando nuestro país.
La singularidad que todos poseemos, se conjuga a través de la interioridad vivencial y de la intencionalidad expuesta, a través de la voluntad, modulando y modelando un hálito reintegrador de pulsos y mente, de forma activa, para la reconstrucción de nuevas rutas. Nada permanece, todo está sometido al avance social, lo que requiere de cierta audacia para llegar a buen puerto. Todo esto nos exige transitar en comunión, con innovación imborrable y con una mirada atenta; ya que puede abarcar, desde la expresión artística hasta la resolución de problemas en un contexto socioeconómico.
Cuando se habla de la literatura hispanoamericana actual, pocas veces se menciona a los precursores de ese movimiento que produjo sus frutos con Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez. Esos cuatro escritores tienen su sitio asegurado en el llamado “Boom literario latinoamericano”. Pero detrás de la gloria de estos autores encontramos a otros cultores de las letras en América, con tantos o mayores méritos, aunque sus obras no hayan alcanzado el reconocimiento que en realidad merecen.
La cercanía del presidente Javier Milei con los aliados occidentales; la buena sintonía con Estados Unidos y con el probable candidato republicano a la Presidencia, Donald Trump; y su rol activo en favor de Ucrania en los primeros meses de mandato son claves para que pueda prosperar la solicitud de Argentina para convertirse en "socio global" de la OTAN.