Intervención del comunismo en Colombia

Editorial
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Para entender lo que significa el comunismo es preciso ahondar un poco en su historia, en su génesis y de esa manera conoceremos verdaderamente cuál es el objetivo real y cierto de esa doctrina política cuyo único derrotero es reducir a los pueblos a su mínima expresión desde el punto de vista político y humano.

Es decir, es la negación del individuo para volverlo una miseria como en efecto lo han logrado y lo siguen logrando en Rusia, Cuba, Nicaragua y Venezuela; hasta el punto de que hubo necesidad de levantar un muro en Berlín para que los alemanes orientales no huyeran de esa situación de infamia en que vivían.

Los venezolanos que han podido han emigrado hacia nuestro país y hemos evidenciado su condición paupérrima en que han llegado. Los cubanos en embarcaciones menores corriendo peligro de ahogarse se han volado desesperados de la isla y ese mismo rumbo es el que pretende el marxista presidente Petro, darle a nuestro país.

Perpetuarse en el poder es uno de sus propósitos, ya que una vez que ejercen la jefatura del Estado no dudan en direccionar y ejecutar políticas encaminadas a afianzarse todos los días para alcanzar tal fin.

Es posible por simple conveniencia que cambien de liderazgo y continúen como dueños del poder absoluto en cabeza de quién defina el mismo autócrata que lo reemplace; esto es que sean los mismos con las mismas.

Ese es el trabajo de Petro desde que asumió la presidencia y de eso no nos quepa la menor duda. Ahora sí destapó las cartas y está jugando con ellas para efectos de conseguir su meta cuál es quedarse él o quién designe al frente de este funesto mandato.

Quién conoció el comunismo ampliamente porque lo estudió, vivió y palpó fue Margaret Thatcher, primera ministra británica, y por ello decía: “el comunista cuando habla miente, cuando calla encubre, cuando tiene poder roba y cuando pierde destruye. Así han construido la historia”. Tal cual lo que ha hecho Petro.

Conviene igualmente ilustrar o comentar un poco acerca de la parte doctrinal con Marx, Lenin y Stalin quienes señalaban el odio de clases, la destrucción moral y el aniquilamiento de la familia y de la espiritualidad; según ellos, el pueblo debe comer migajas porqué así debe tratarse a los pueblos.

Vale la pena poner de relieve la famosa metáfora staliniana en la cual una vez que él les exhibe a sus colaboradores cercanos una gallina que él mismo después de torcerle el cuello la deja en condiciones físicas precarias sigue persiguiendo la comida que Stalin le deja en el camino. Agregaba Stalin “así se debe hacer con el pueblo para que se sienta una vez dominado agradecido con el amo que le proporcionó las migajas de pan”.

En eso consiste la pauperización de las sociedades fin único y real del comunismo y por ello observamos a Cuba, Nicaragua y Venezuela pueblos que siguiendo ese credo político y esas políticas miserables han quedado en la absoluta pobreza y lo anterior se materializa en una frase leninista: “al pueblo hay que romperle las piernas, regalarle las muletas y luego convencerlo de que gracias a ellas camina”.

El presidente Petro es fervoroso admirador e incondicional fanático de estas ideologías y su manera de pensar es malévola. A propósito de la maldad, cabe mencionar un episodio de Petro cuando tenía a su cargo a los secuestrados. La interpretación de la orden que recibió de su jefe guerrillero Jaime Bateman en cuanto que tratase con consideración al secuestrado líder sindical José Raquel Mercado, fue ordenar de inmediato su ejecución. 

Además, siendo castrista y chavista cumple todo al pie de la letra, calcando las políticas emanadas por esos gobiernos cuya finalidad es imponer las ideas del partido y de su líder político con miras a someter a los pueblos al estado de miseria en que actualmente se encuentran.

Carlos Gaviria, dirigente comunista, afirmaba que Petro era desleal y mala persona y eso mismo pensaban sus compañeros de la guerrilla y quienes fueron sus copartidarios como Jorge Enrique Robledo, han expresado que es mitómano, peligroso y sin ninguna credibilidad. En consecuencia, los empresarios no deben creer en su acuerdo nacional.

Es el mismo de Chávez, los entretiene unos meses para después aplicarles el harakiri. El proceso de paz es para organizar como Chávez sus milicias bolivarianas, imagínense el Eln y las disidencias de Farc organizando en los pueblos su defensa territorial, a pesar de que ya se están tomando el territorio con el visto bueno del gobierno.

El ejército no solo está maniatado, sino que tiene prohibido hasta hacer inteligencia a los grupos subversivos y la prensa ya está amenazada.

El gobierno comunista está haciendo de las suyas.