El exceso de sectarismo marxista de un presidente

Editorial
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Cómo dice el adagio “bueno es culantro, pero no tanto”. El señor Petro desde su época guerrillera mostraba su espíritu malévolo, su exagerada mitomanía derivada de su ideología leninista y su odio hacia todo aquello que no encajase dentro de los parámetros de su radicalismo del socialismo del siglo XXI.

Después de haber sido indultado, señalaba en una entrevista con un periodista de la cadena Caracol, que el coronel Plazas Vega lo había golpeado cruelmente estando detenido por sus delitos y fechorías en la hoy Décimo Tercera Brigada de Bogotá.

Que se acordaba de la imagen de su torturador y en la misma línea estaba el oficial aludido; lo interrumpió el Coronel para decirle que no fuera mentiroso, ya que no podía ser, pues él en esa época estaba en España adelantando un curso de especialización. El entrevistador dijo estoy con el pasaporte en la mano y en esa fecha evidentemente el coronel se encontraba en Madrid. Sorprendido Petro dijo entonces debía ser un oficial muy parecido.

Siempre falta a la verdad y como Jefe de Estado se nota más, ya que todos los días tuitea; pero además su cinismo es de tal magnitud de que lo que dijo se atreve a decir que jamás lo declaró. Pero todo está grabado, filmado o escrito y por consiguiente, es muy fácil probar sus contradicciones.

Lo censurable es que la única verdad es la suya, todo lo demás no tiene veracidad y quién es su contradictor u opositor es un fascista o hitleriano. Él es el Mesías salvador, su política de cambiar todo es la que sirve y los demás gobernantes solamente produjeron toda clase de problemas que él va a remediar. Todos los presidentes de la república han sido corruptos y ninguno ha aportado algo bueno a Colombia; ese es su criterio absurdo, sin ningún fundamento sólido ni valedero.

Los hechos, por el contrario, todos los días nos hacen ver que nuestro primer mandatario es el más corrupto que ha estado en el Solio de Bolívar; odia al empresariado, a las instituciones, a las Fuerzas Militares; no admite la libertad de prensa, ni la propiedad privada y lo único que quiere y desde ahora, lo estamos padeciendo, es implantarnos una dictadura comunista como la bolivariana chavista.

Pero la copa se está rebosando. Su elección fue fraudulenta, ilegitima, entraron a su campaña dineros del narcotráfico, se violaron los topes electorales. En el ejercicio de su gobierno se han cometido toda clase de corruptelas a la luz de todos los colombianos; reina la ineptitud, la mediocridad de sus ministros y funcionarios; no es la gente más preparada sino aquella que se identifica con sus postulados en materia ideológica y el país está retrocediendo en todos los órdenes.

No entiende la separación de los poderes y por ello quiere dominar todas las ramas del poder público; mediante su proceso de paz lo que está creando es la guerra en todos los territorios, llegando a entregarse  a las guerrillas comunistas del Eln y Farc.

La última determinación que hace referencia con detener en forma definitiva la compra de repuestos a Israel va a paralizar a las Fuerzas Militares, particularmente al Ejército de tierra y de aire. Quedarán en tierra los aviones y los soldados no dispondrán de los fusiles; es decir, mientras se fortalecen los grupos subversivos con el pacto de paz del gobierno, quienes defienden la honra y bienes de los colombianos conforme a la Carta Magna no pueden cumplir con esa norma constitucional.

En todos los ordenamientos constitucionales del mundo las fuerzas militares garantizan con sus armas la soberanía, la independencia y la integridad territorial. Aquí actuamos en consonancia con esos principios; Por eso el excomandante del Ejército, General Zapateiro, y el presidente de Acore, General Guillermo León, se pronunciaron en contra de esta medida en una entrevista con Vicky Dávila, en la revista Semana.

El presidente Petro se ha dedicado con su ministro de Defensa a golpear a las Fuerzas Militares. Dio de baja a los generales más experimentados; redujó la inteligencia y contrainteligencia militar; el presupuesto de defensa lo disminuyeron y los cuerpos armados se encuentran maniatados y desmoralizados.

Debemos respaldar a nuestro Ejército dado que los hombres en armas son los que permiten que haya democracia. Nuestro sistema democrático está en verdadera emergencia; hay que salvar nuestras instituciones y nuestro Estado de derecho y en la marcha del 6 de marzo se mostró que el pueblo lejos de estar con Petro, está contra Petro.

No vamos a permitir otra Venezuela y aún podemos salir adelante, ya que después es demasiado tarde. Somos un pueblo aguerrido y patriótico y por ello es preciso que el mundo sepa nuestra devoción democrática.