Escaso margen para responder

Editorial
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El presupuesto para 2020 aprobado por los diputados de México privilegia el gasto social, el sector energético y la seguridad, pero deja desguarnecidos otros sectores clave para el país, por lo que cuenta con un escaso margen de maniobra para dar los resultados esperados.

La Cámara de Diputados, sesionando en una sede alterna debido al bloqueo que campesinos mantienen al recinto legislativo, aprobó un gasto de 6,1 billones de pesos (unos 314.595 millones de dólares). De acuerdo con el dictamen aprobado por los legisladores, el presupuesto busca reducir el impacto de los factores externos en la economía nacional en un entorno internacional complejo, con desaceleración económica, precios de energéticos a la baja e intensificación de conflictos geopolíticos y tensiones comerciales.

El gasto programado busca potenciar programas sociales y sectores como educación, pero ello ha implicado severos recortes a algunos órganos autónomos del Estado como el Instituto Nacional Electoral, INE, encargado de organizar las elecciones, que ve sus recursos reducidos en 1.082 millones de pesos unos 55,2 millones de dólares.

Antes de la votación, el INE indicó que reconoce la importancia de los programas sociales que pueden verse beneficiados con los recursos recortados al Instituto. Pero la paz pública, la estabilidad política y la estabilidad económica dependen de que haya elecciones confiables, bien realizadas, con condiciones de equidad, como las que ha organizado el INE en los últimos años.

Otros acusan que 30 % del gasto social destinado al combate a la pobreza favorece a seis estados gobernados por el gobernante Movimiento Regeneración Nacional, Morena. Es un presupuesto orientado al tema electoral; por su parte, la oposición expresa que lo único que tuvo recursos es para los programas del Poder Ejecutivo.

López Obrador explica que el Gobierno tendrá dinero en 2020 para financiar las pensiones para adultos mayores, las ayudas a niños pobres con discapacidad o las becas para estudiantes garantiza fondos para sus proyectos estrella de infraestructura. Para el mandatario es es natural que haya oposición a su presupuesto porque ya no hay partidas sobornos como en anteriores gobiernos, cuando el paquete económico se aprobaba por unanimidad porque les daban recursos a todos. Lo que habrá que observar es si eso al final del día se puede ejecutar de manera eficaz. Esa va a ser la incógnita que se irá resolviendo a lo largo del año que entra.

El presupuesto dedica prácticamente 90 % de los recursos en infraestructura a la parte energética, que si bien es estratégica no describe al total de la economía. La mayor proporción se fue a la parte energética, pero trae recortes en otras áreas que también son fundamentales para el resto de la economía; por ello, el presupuesto por sí solo no alcanza a cubrir todas las necesidades de inversión que requiere el crecimiento del país.

Habrá que esperar a la presentación del Plan Nacional de Infraestructura, que se dará a conocer el 26 de noviembre, para ver si la inversión privada y el financiamiento de la banca de desarrollo complementan la necesidad de inversión que requiere el país en materia de infraestructura.

Y en materia de seguridad está por verse si en este segundo año de administración, una vez que se ha conformado la Guardia Nacional y que ya se tiene una mayor experiencia sobre la situación del país, se empiezan a tener resultados más significativos.

El margen de maniobra para lograr los objetivos que se plantea el Gobierno es estrecho porque en todo este entorno, la parte externa va a ser mucho más restrictiva para 2020. Hoy todo depende de cómo se desempeñe la economía nacional, cómo se ejecute el presupuesto, que sea no solo eficiente, sino eficaz. Va a depender de que este presupuesto tenga resultados para que se alcance lo planeado.


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