Una alianza que no debe sorprender

Editorial
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Estamos a horas de conocer la encuesta realizada por la firma Invamer Gallup, que determinará cuál de los candidatos a la Alcaldía de Marta, Juan Carlos Palacio Salas y Aristides  Herrera Posada, quienes postularon sus nombres con el aval de importantes partidos políticos del país como el Conservador, Centro Democrático y Mira (en el caso de Palacio) y la U que apoya a Herrera.

La verdad no es una sorpresa. Eran muchas las coincidencias ideológicas y de proyectos de ciudad que habían en ambas campañas, que resulta fácil entender que sus propósitos debían unirse si se trata de vigorizar a las masas que no compaginan con otras visiones politico-administrstivas que hoy día están vigentes.

Quedarán en el tarjetón electoral cuatro aspirantes, quienes representan cada quien desde su discurso el llamado “sentir del pueblo”, pero que uno solo será ungido por el voto del ciudadano.

Esperemos que la alianza entre los dos no polarice aún más el ambiente que en la última década ha enrarecido el horizonte democrático de la ciudad, entre aquellos que pregonan renovación y cero continuismo en plaza pública, pero que en la práctica no varía, y otros que tratan de alzarse viento en contra después de dos periodos electorales que no han alcanzado superar las expectativas de los implacables sufragantes, quedando a la vera del camino.

Creemos que estas dos personas postuladas quienes buscan una candidatura, poseen las calidades necesarias para serlo. Nadie niega lo curtido que en política local lleva Juan Carlos Palacio, quien desde la tribuna del Concejo Distrital, donde ocupó un puesto de privilegio, conoció de primera mano todo lo que Santa Marta en la actualidad requiere.

Y que decir de Aristides Herrera, quien como concejal y también en su destacado papel de funcionario nacional del Icbf, no solo aprendió a palpar la realidad de la población vulnerada, sino que se propuso encabezar una cruzada para solucionar el problema del suministro de agua en la ciudad, y que hoy el tiempo le da la razón al no haber solución a una crisis que se capotea con mayor intensidad desde hace un poco más de cinco años.

Que quede el mejor, pero que sus ideas sobre sacar a la ciudad de sus problemas sean tomadas en cuenta cada una con la atención debida, para que al final sea oportuno citar el adagio popular que reza: “Dos cabezas piensan mejor que una”.



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