Distanciamiento entre las autoridades

Editorial
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Mucha razón tiene el empresario magdalenense, Manuel Julián Dávila Abondano,  al afirmar que el distanciamiento entre las instituciones,  la Gobernación del Magdalena y el Distrito de Santa Marta, afecta el desarrollo de nuestra región. Esta aseveración fue realizada en el transcurrir de nuestra tertulia de los jueves en las instalaciones de este periódico y que ha calado en el sentir de los magdalenenses que añoran ver unidas, luchando a la par, a las principales cabezas y autoridades de nuestro departamento.

Dávila Abondano atendió una invitación de este periódico y Pensar Caribe y dijo en voz alta algo que se comentaba en voz baja para no molestar a  nadie. Después de destapar y poner sobre la mesa la realidad de los samarios y magdalenenses, llegó la hora de tomar acciones y de construir canales de comunicación que sirvan como facilitadores para que Gobernación y Alcaldía remen juntas hacia un futuro cierto y seguro.


Ante un lleno total de la Sala de Tertulias “Pepe Vive De Andréis”, el presidente del Grupo Daabón aprovecho también la presencia de empresarios de la región y autoridades de los sectores económicos y políticos para invitar a la reconciliación  y ser un bloque representativo ante el Gobierno Nacional y lograr el destino de partidas económicas que ayuden a solucionar los graves problemas que afrontamos en nuestra región.

Es difícil lograr proyectos importantes, con recursos importantes, si no hay un alineamiento en las instituciones. Están bien las diferencias personales y hasta políticas, pero no las diferencias que le quitan la posibilidad de desarrollo a la región, porque eso en algún momento pasa la cuenta, afectando de un algún modo los grandes proyectos de desarrollo y progreso que tienen la capital y el departamento.

El Aeropuerto de Santa Marta es un ejemplo de la desunión entre las instituciones, las rivalidades políticas  y del afán de protagonismo;  no fuimos capaces de dar la pelea todos unidos en Bogotá, para conseguir los recursos económicos que nos aseguraran un pista  en donde pudieran aterrizar aviones ensanchados con capacidad de transportar turistas, empresarios e inversionistas extranjeros interesados en colocarnos en los primeros puestos  a nivel nacional e internacional, en el reglón del turismo; tampoco hemos sido capaces de conseguir un apoyo nacional y financiero que nos asegure la construcción de reservorios de agua en la Sierra Nevada de Santa Marta propia para el consumo humano, que acompañado de las aguas del Río Magdalena para los otros menesteres, soluciones de manera efectiva para el problema del agua en la ciudad; igualmente no hay un acuerdo  magdalenense sobre la Ciénaga Grande de Santa Marta y el Teatro Santa Marta, que necesita no solo del apoyo de la Gobernación o Alcaldía en cada uno de ellos, sino de todas las autoridades, que indistintamente, deben luchar por conseguir obras y proyectos de gran importancia para todos, sin distingos de clase o de partidos políticos.

A este clamor de los magdalenenses, que anhelan ver a sus autoridades trabajando conjuntamente por el bien de la sociedad, debe unirse la clase política, los congresistas que nos representan, que también deben alinearse para conseguir los objetivos propuestos,  con una visión compartida de progreso sin importar el color político que personifican. ‘Una golondrina no hace verano’ y cada uno por su lado, es gastar esfuerzos  y energías que deben estar enfocados a crear un bloque compacto para la aprobación de los recursos que necesitamos en el apoyo de las grandes obras.

Es hora de dejar atrás los malos entendidos  y los distanciamientos; de pensar en el adelanto y evolución del Magdalena y de Santa Marta; de decir en voz alta al Gobierno Nacional, que la Gobernación del Magdalena y el Distrito de Santa Marta,  y los congresistas  trabajan unidos por la cristalización de obras de gran envergadura para nuestra región y Distrito.


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