Incremento alarmante

Editorial
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Después de la noticia del incremento, el más alto en los últimos años, de cultivos ilegales de cocaína, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, pedirá a México, Estados Unidos y varios países centroamericanos celebrar una cumbre para diseñar políticas contra el narcotráfico y el crimen organizado cuando los cultivos de coca están más extendidos que nunca en el país andino.


La idea de coordinar las estrategias de seguridad en la región se da en vísperas de una reunión con el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, de visita oficial en Colombia; Guatemala, Honduras y El Salvador también serían invitados a ese evento.

El aumento tan alarmante de la proliferación de cultivos de coca, se debe a las buenas acciones del gobierno colombiano, que accedió  a las peticiones de la Farc de dejar de fumigar, con tal de firmar la paz. Justamente los cultivos que eran fumigados, eran los que administraba la Farc para su propio enriquecimiento ilícito.

El Gobierno se quitó el lio de encima, pero se lo paso al pueblo colombiano y al gobierno estadounidense, que en forma alarmante dio a conocer las nuevas cifras, de las cuales poco habla o hace reflexión el gobierno colombiano.

A pesar de estar catalogado como uno de los principales países productores de coca, Colombia redujo sus esfuerzos y su lucha contra este flagelo que azota la humanidad, solo para conseguir bajarle el tono a la guerrilla de las Farc, punto de acuerdo que ahora está pasando la factura, y que no se sabe qué hacer, ni muchos menos cuáles serán las estrategias, porque la fumigación, la más efectiva, está descartada.

El pasado miércoles, el Departamento de Estado Norteamericano entregó su reporte anual, sobre la Estrategia Internacional contra los Narcóticos 2017, que corroboró el dramático aumento en la producción de coca y de cultivos ilícitos en Colombia durante el año 2016, precisamente durante el año de negociaciones con las Farc en La Habana. Y lo más grave es que este aumento, sumado al que se registró en el 2014, representa una duplicación del territorio cultivado por coca en solo dos años.

Ahora la lucha contra el crimen organizado, contra el narcotráfico es una lucha que no puede brindar un solo país, tiene que ser una lucha mancomunada, para que sea más efectiva y Colombia así lo ha entendido.

Sera bastante difícil superar metas; este año era erradicar 50.000 hectáreas de coca y sustituir otras 50.000, el camino para que eso ocurra sigue lleno de espinas y difícil, más aun cuando  la principal arma fue dada de baja; pero alarma y sorprende altamente.

La solución es difícil, pero se puede dar;  se deben tomar medidas a largo plazo con las cuales se les den más alternativas a los campesinos para poder sustituir cultivos ilícitos por otros sembrados, apoyadas en una reforma agraria con coraje político.

En Colombia, mayor productor de hoja de coca del mundo, los cultivos de esa planta utilizada para extraer la cocaína se dispararon a niveles sin precedentes en dos décadas de esfuerzos millonarios contra el narcotráfico. Existen, según el gobierno estadounidense, 188.000 hectáreas de cultivos ilícitos.


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