Ministra, necesitamos el Aeropuerto y el Teatro Santa Marta

Editorial
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Cuando se conoció la noticia del nombramiento de la samaria María Claudia Lacouture Pinedo, como Ministra de Comercio, Industria y Turismo, los samarios sentimos mucha satisfacción y orgullo, porque sabemos que la nueva ministra tiene todas la calidades  y cualidades para desarrollar una excelente labor al frente de este ministerio, así como lo ha demostrado  durante estos últimos años.

Desde el 2010 y por espacio de más de 1.500 días, la cartera de Comercio ha sido ocupada por dos, y a ahora tres magdalenenses;  Sergio Díaz Granados Guida, Cecilia Álvarez Correa y ahora por María Claudia, quien tiene el reto de terminar lo que le faltó a sus antecesores, garantizarnos un nuevo aeropuerto internacional con todas las de la ley y finalizar las obras de remodelación y adecuación del Teatro Santa Marta, que con el tiempo se han convertido en el famoso  ‘cuento del gallo capón’.

Por su brillante hoja de vida, los samarios sabemos que la Ministra tiene  capacidad de entrega y dedicación a su  trabajo y aún más cuando se trata de su tierra natal. Como directora de Turismo de Procolombia en Estados Unidos, la Ministra fue parte del equipo responsable del desarrollo y ejecución de la estrategia para lograr el regreso de los cruceros a Colombia y la celebración de la reunión anual de la Asociación de Cruceros de la Florida en Cartagena; su gestión ha sido reconocida por los empresarios del país, quienes la han catalogado como una de las mejores funcionarias del Gobierno Nacional. En mayo de 2015, la revista Fast Company la catalogó como la cuarta persona más creativa del mundo de los negocios dentro de un listado de 100; en octubre, en la encuesta Merco Colombia 2015, María Claudia Lacouture ingresó al listado de los 100 líderes con mejor reputación ubicándose en el puesto 40.

Muchos han sido los honores recibidos por la Ministra samaria gracias a su inteligencia y su capacidad de gestión  y por eso ahora el país entero la reconoce como una de sus principales líderes que jalonará progreso y desarrollo para nuestros coterráneos. Pero llegó la hora de volver la mirada a Santa Marta; tenemos nuevamente a alguien que nos representa con altas calificaciones, que puede destrabar el progreso de los  magdalenenses y samarios al liderar proyectos tan importantes para Santa Marta como la ampliación de la pista del aeropuerto, o su traslado que sería lo más adecuado para la construcción  de uno internacional y de carga, que asegure el desarrollo del sector turístico donde se encuentra el actual; y  la puesta en marcha, después de tres años de ruinas  y abandono, de las obras de recuperación del Teatro Santa Marta.

En el proceso de  remodelación que sufre ahora el terminal aéreo, no está contemplada  la terminal de carga, factor que le imposibilita a la ciudad sacar productos como frutas, café o flores con la inmediatez que se requiere, teniendo que recurrir a conexiones en Barranquilla, aumentando los costos para los productores, lo  que sí se cristalizaría si se hace su traslado  para un lote ubicado en la Zona Bananera  de aproximadamente 44 hectáreas que estaría aprovechando Santa Marta para el crecimiento de su principal actividad, por lo cual se debe replantear la posibilidad de invertir los mismos 290 mil millones de pesos que costaría sacar la pista hacia el mar, en la construcción de un nuevo aeropuerto, no muy lejos del casco urbano del Distrito, pero que generaría mayores beneficios desde todo punto de vista, turístico, comercial e industrial.

El Teatro Santa Marta, obra insigne del Centro Histórico vive su propio viacrucis desde que fuera  entregado por el Distrito para las obras de remodelación y adecuación; después de tres años,  Fontur y Fonade, principales responsables de las obras, no han entregado el Teatro, a pesar de tener la disponibilidad de 13.300 millones de pesos, que aseguraba que en los meses iniciales del presente año, Santa Marta contaría con un teatro que pasará de 600 a más de 800 personas, una acústica de excelente calidad, iluminación con estándares internacionales, que no se presenten inundaciones en la temporada invernal y que se cumpla con las normas contra sismos.

La realidad es otra, ya pasamos casi el primer semestre y estamos en las mismas de hace tres años; los trabajos avanzan a paso de tortuga y cada vez que el tema está sobre el tapete, salen los responsables a  defender lo indefendible  porque es fácil constatar el atraso de las obras y el daño que esto ha causado a nuestra ciudad.

Ministra, estos son algunos de los grandes retos que tiene con Santa Marta, que busca convertirse en un verdadero polo de desarrollo turístico y comercial.



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