En épocas de fuerte invierno se incrementa la presencia de enfermedades, por lo cual el manejo fitosanitario adecuado es fundamental para preservar la integridad sanitaria de los cultivos.
Recientemente el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural hizo un llamado a los agricultores del país para que sigan tomando medidas frente a la temporada de lluvias que atraviesa el país y de esta forma evitar que se afecten las producciones y cosechas que están próximas a sembrar o recolectar.
De acuerdo con el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), la temporada de lluvias dio inicio en todo el país en abril y aunque para el segundo trimestre se prevé un comportamiento de precipitaciones muy cercano a lo normal en gran parte del territorio nacional, es necesario que los agricultores estén preparados para afrontar un eventual cambio que pueda poner en peligro su producción.
La totalidad de cultivos son propensos a sufrir las consecuencias de un fuerte invierno especialmente si las condiciones de manejo del cultivo, y en especial si las condiciones del suelo y del drenaje no son las adecuadas. Aquellos cultivos en suelos mal drenados, en los que no se adecuaron con antelación los canales de desagüe u otros medios para evacuar el exceso de agua, o que presentan condiciones físicas que limiten el desarrollo de raíces sufrirán por excesos de agua asociados a un fuerte invierno. De manera similar, en épocas de fuerte invierno se incrementa la presencia de enfermedades, por lo cual el manejo fitosanitario adecuado es fundamental para preservar la integridad sanitaria de los cultivos en las condiciones referidas.
En cultivos como el maíz, arroz, algodón, lechugas, cilantro, tomate, cebolla, arveja, apio, tienen una mayor susceptibilidad a sufrir daños por encharcamientos e inundaciones, ya que tienen raíces superficiales y otras características intrínsecas a estos cultivos.
Un mayor número de precipitaciones también puede beneficiar algunos cultivos. Para Luis Fernando Parra Martínez, ingeniero Agrónomo del Centro de Investigación Caribia de Corpoica algunas especies frutales y hortícolas, dependiendo de sus condiciones de manejo, se pueden ver beneficiados con las lluvias, como también los pastos que incrementan su producción de forraje en invierno, por lo cual la producción ganadera se ve beneficiada.
Sin embargo, la diversidad climática y ambiental de Colombia hace que dentro de cada región no puedan hacerse generalizaciones en cuanto a posibles beneficios u afectaciones por causa del invierno. “El clima y sus efectos ambientales son un sistema complejo que está en constante estudio y sus consecuencias dependen en gran medida de la percepción que se le dé desde el punto de vista de las actividades humanas como la agricultura, el transporte, el comercio, etc. Por ende, tanto los beneficios como las afectaciones irán de la mano de qué tanto se ven beneficiadas o afectadas estas actividades en condiciones invernales”, señala Parra Martínez.
El experto puntualiza que “tradicionalmente se observa que en el país las zonas bajas, asociadas a las cuencas hidrográficas o a cuerpos de agua presentan un riesgo mayor de inundaciones y deslizamientos que otras zonas, mientras que las zonas donde la precipitación anual es baja, por ejemplo, el Caribe Seco colombiano, se beneficiaran por el impacto ambiental y económico que se genera en estas zonas por un incremento de las lluvias”.
Riesgos para
los cultivos
Además de las inundaciones, las fuertes lluvias traen otros riesgos para los cultivos:
- •Se incrementa la incidencia de enfermedades
- •Se pueden alterar los ciclos productivos (atrasarse o adelantarse) por el importante efecto que tiene la lluvia en la floración.
- •En zonas de ladera se debe vigilar el riesgo de deslizamiento.
- •En zonas bajas debe vigilarse el riesgo de sufrir inundaciones.
- •Riesgo logístico en canales de comercialización asociado a la imposibilidad de llevar el producto de la finca al mercado.
Agro y cambio climático
Con la variabilidad climática que se ha presentado en los últimos años, las lluvias tienden a ser errática y los cultivos que se siembran cuando hay años con normalidad, las cosechas tienden a ser buenas y pueden ser malas cuando se presentan bajas precipitaciones. También se pueden perder las cosechas cuando se presentan años muy lluviosos.
“Desde el agro se deben incentivar los sistemas de cultivo asociados como los sistemas agroforestales en los cuales se perciben ventajas ambientales frente a los monocultivos tradicionales y se debe racionalizar el uso de recursos desde la agricultura y la ganadería, así como sus emisiones contaminantes de manera que se reduzca el posible impacto de estas actividades en el cambio climático”, concluye el agrónomo.
Las actividades agropecuarias juegan un papel importante en cuanto al comportamiento de algunas variables ambientales tanto a nivel local como regional, sin embargo, su impacto respecto al cambio climático está aún en mora de ser descrito con precisión.
El Dato:
El desempeño del sector agropecuario lideró en 2017 el crecimiento económico de nuestro país. Para este 2018 se espera que repita esta actuación y un papel importante para lograrlo es el desarrollo de varios productos agrícolas, tanto tradicionales como no tradicionales, según ProColombia.
