Crisis climática

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Escrito por:

Hernando Pacific Gnecco

Hernando Pacific Gnecco

Columna: Coloquios y Apostillas

e-mail: hernando_pacific@hotmail.com



Actualmente, el mundo registra temperatura nunca vistas; se han roto varios récords y las tragedias ambientales cunden por todo el planeta. En Europa, empezando el año, las temperaturas superaron los 20 grados Celsius; estaban en invierno. Grecia notifica de un incendio enorme que desplaza a 25.000 personas y deja 20 muertos; Hawái, el idílico archipiélago, vivió el funesto incendio en Maui, el peor desastre de su historia; el lago Titicaca registra su nivel histórico más bajo; la Antártida se derrite a pasos agigantados y el volumen de sus hielos es el menor de todos los tiempos. En la Costa Atlántica colombiana la temperatura supera fácilmente los 40 grados Celsius, con picos mayores a 50 °C, y humedades superiores al 85%. La crisis climática se traduce en un calentamiento global progresivo que no parece detenerse, mientras los esfuerzos de la humanidad son insuficientes, y el negacionismo ignora el desastre venidero. Los heraldos anuncian el Apocalipsis.

Tal parece que en Julio de este año se sobrepasó el umbral de la catástrofe; la temperatura media del plantea superó el registro de la era preindustrial en 1,5 grados Celsius, según informa el Servicio de Cambio Climático de Copérnicus. En Europa, la temperatura sube a un ritmo de 0,5 °C cada 10 años, el más alto de todos los continentes y más del doble de la media mundial. Antonio Guterres, el Secretario General de las Naciones Unidas, convocará este septiembre a una cumbre sobre la acción climática para buscar que este 2023 sea un año de acción para detener la crisis. Se cree que, si se toman medidas inmediatas, los apocalípticos efectos del cambio climáticos podrían evitarse o, al menos, morigerarse. Las causas son más que conocidas: el círculo vicioso derivado de la era industrial. Las maquinarias engullen ingentes cantidades de energía; los automóviles consumen combustibles fósiles a un ritmo creciente; el aumento de la población obliga a producir más y más alimentos, a consumir más agua y a utilizar cada vez más energía con recursos cada más limitados. El consumismo campea y hay mayor contaminación ambiental; lo desechable aumenta y el exceso de empaques no degradables se acumula en cada rincón del planeta, afectando la fauna y flora y, con ello, la generación de oxígeno y agua, hoy insuficiente. El transporte de mercancías desde lugares lejanos reclama dosis colosales de combustibles. Todo ello ha incrementado peligrosamente la temperatura del planeta, una fatal consecuencia de nuestra irresponsabilidad. 

Hemos sobrepasado los límites de la supervivencia. Guterres, sin embargo, es optimista: “estamos perdiendo la carrera de la emergencia climática; no obstante, podemos ganarla”, afirma. Pero cada día desaparecen especies biológicas, varias de ellas esenciales para la conservación de la vida. El Acuerdo de París de 2015 exige que el calentamiento se mantenga “muy por debajo” de los dos grados centígrados, y que se prosigan los esfuerzos para limitar aún más el aumento a 1,5 grados. Si no reducimos las emisiones globales, las temperaturas podrían aumentar hasta 3 °C para el año 2100, causando más daños irreversibles a nuestros ecosistemas. El deshielo de los glaciares pone en riesgo a muchas ciudades costeras por la elevación del nivel de los mares, al menos un metro: Nueva York, Shanghái, Rio de Janeiro, Venecia y otras importantes ciudades serían devoradas por el mar, desplazando a millones de personas y especies animales hacia hábitats inhóspitos. El Amazonas y el centro del África, pulmones del mundo, están siendo arrasados por la ilegalidad. Se prevén epidemias, hambrunas y confrontaciones bélicas por la tierra, el agua y los alimentos. Podría haber más disparidad entre países ricos y pobres.

Según la Hipótesis Gaia, el planeta se comporta como un organismo vivo que se autorregula. Así mismo, el ser humano, el mayor depredador, se asimila a un agente infeccioso que destruye la vida. Gaia responde con catástrofes naturales, epidemias, hambrunas, provoca guerras y afecta la reproducción. ¿Sobrepasaremos los humanos la resistencia del planeta y los destruiremos, o su respuesta lo salvará?