Quirófanos prehistóricos

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Hernando Pacific Gnecco

Hernando Pacific Gnecco

Columna: Coloquios y Apostillas

e-mail: hernando_pacific@hotmail.com



Dos de los avances más importantes para el desarrollo de la cirugía han sido la anestesia y la prevención de infecciones. Actualmente, los quirófanos son recintos aislados de otros espacios, que contribuyen a evitar interferencias indebidas durante las operaciones.

Las construcciones especializadas generan cada vez más control y seguridad, ayudadas por asuntos como gerencia, reglamentación, dotación y personas especializadas que trabajan en un área quirúrgica, entre muchos aspectos.

En el neolítico se realizan las primeras trepanaciones, de distinta forma y tamaño, en improvisados espacios al lado de ríos y lagunas; obsidiana, pedernal, sílex y otras piedras afiladas eran los instrumentos. Si hace poco más de un siglo las condiciones eran deplorables, las prehistóricas eran atroces. Ensayo/error era el método para “sacar espíritus malignos”, a los que probablemente les atribuían los trastornos psiquiátricos, epilepsia, migraña y otras alteraciones neurológicas. Hay evidencia de estas intervenciones desde hace unos 7000 años en África, Polinesia, Sur y Norteamérica. Es posible que las bebidas alcohólicas y algunas hierbas paliaran el terrible dolor durante esas operaciones y los cabellos en los bordes de las heridas fuesen atados entre sí a modo de sutura. Se cree que aproximadamente un 50% de los pacientes sobrevivía, pero no sabemos en qué condiciones; el 16% de los cráneos muestran signos de mala cicatrización y en un 28% de los cráneos no aparecen signos de curación. Algunos investigadores afirman que en la Europa Central del neolítico se encontraron poco probables tasas de curación superiores al 90%. 

Hasta bien entrado el siglo XX, en muchos hospitales se realizaban cirugías en condiciones terribles, rodeadas de mortandad elevada. En anfiteatros sin presencia de mujeres, bajo precaria anestesia se practicaban algunos procedimientos (amputaciones, apendicectomías, retiro de cálculos y no mucho más), con numerosos asistentes (decenas de estudiantes y médicos graduados), tabaco y, a veces, bulla y desorden; la rapidez era fundamental. Las complicaciones eran muy frecuentes, la mortalidad elevada y el testamento, obligatorio. Eran procedimientos de alto riesgo y constituían la última opción de tratamiento. Sin embargo, muchos pacientes sobrevivían. La anestesia en aquellos tiempos se limitaba a mandrágora, alcohol, opio y poco más, insuficiente e insegura. Van apareciendo anestésicos, medicamentos, técnicas, dispositivos, conocimientos, y el uso rutinario de la anestesia, todavía riesgoso, llega en el siglo XX.

En el siglo XIX, Pasteur y Koch desarrollaran sus teorías microbianas que contribuyen a cambiar la historia; con esos hallazgos se pasa del terno al traje quirúrgico, al uso guantes y tapabocas, áreas definidas y especializadas, etc. Consolidadas la anestesia, la asepsia y la antisepsia, se crean recintos separados de otras áreas hospitalarias, se obliga al lavado de manos, al uso de trajes quirúrgicos y, más tarde, tapabocas y otros elementos hoy esenciales. Y fue en Francia, adalid de la medicina del siglo pasado, donde aparece el primer quirófano moderno, desarrollado por Paul Nelson en el Hospital de Lille. La iluminación, el flujo de aire y personas, esterilización del instrumental quirúrgico, tecnología y otros elementos reducen la mortalidad asociada a la cirugía; la arquitectura hospitalaria contribuye sustancialmente a estos avances.  

La palabra quirófano procede del griego kheirurgía, operación quirúrgica, que a su vez deriva del griego kheirurgós, el que trabaja con las manos. A finales del siglo XVIII se acuñó la palabra “teatro de operaciones” para referirse a estos espacios. El futuro llegó a los quirófanos; big data, internet de las cosas, robótica, realidad aumentada, inteligencia artificial y otras tecnologías que hasta hace poco parecían de ciencia ficción hoy son cotidianidad; las muchedumbres de los quirófanos antiguos se cambiaron por pantallas en todo el planeta. La tendencia actual son los “barn theaters” en algunos hospitales del Reino Unido; se simplifican los espacios y se mejora el trabajo multidisciplinar. Más eficiencia y seguridad en “clean-room technology”, los quirófanos actuales son espacios más controlados, limpios y eficientes. Algo se ha mejorado desde el neolítico. Por supuesto, lo central sigue siendo el servicio humanitario al paciente y la ética por encima de todo.