Crecen los feminicidios

Editorial
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Con motivo ayer de la celebración del Dia de la Mujer, muchas fueron las felicitaciones y los mensajes recordando la importancia de las féminas en el mundo actual; pero, desafortunadamente, también fue un día para recordar el sufrimiento de  ellas, a través de los tiempos, que ha servido para ser ejemplo para  otras mujeres y para el mundo.

Ayer, en nuestro país, mientras los mensajes por internet y WhatsApp, eran los que hacían tendencia, pasó desapercibida una aterradora cifra en Colombia, que precisamente debe ser tenida en cuenta para luchar con ella y derrotar para ejercer con plenitud la celebración dedicada a las mujeres.

Vale la pena recordar que en el Día Internacional de la Mujer se conmemora en homenaje a las 129 obreras textiles de la fábrica Cotton de Nueva York, Estados Unidos, que fallecieron en 1857 a consecuencia de un incendio mientras hacían huelga para mejorar sus condiciones laborales. En Copenhague, Dinamarca, posteriormente, cientos de participantes de 17 países reunidas en la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, la primera había tenido lugar en 1907, deciden organizar anualmente una jornada de la mujer teniendo por mira a reforzar su lucha por obtener el sufragio femenino universal

Precisamente en este día, las autoridades colombianas registraron 630 feminicidios en 2023, lo que significa que fueron cometidos casi dos crímenes de este tipo cada día en el país, lamentablemente, ya que con respecto al 2022 no se presentó una variación significativa de los casos, pues, hubo apenas una disminución del 0,47 %. Es decir que entre 2022 y 2023 hubo un total de 1.263 casos de feminicidios en todo el país, cifra que evidencia la prevalencia y gravedad de la ejecución de este delito en Colombia; del total de víctimas, el 5,24 % eran niñas y adolescentes; el 3,97 % personas Lgbti; el 1,59 % indígenas y el 0,79 %,  población afro.

También es lamentable que las cifras revelan que un 59,39 % de las víctimas fueran mujeres adultas entre los 27 y 59 años, seguidas por el rango de 18 a 26 años con el 25,75 %, siendo Bogotá el lugar de Colombia donde ocurrieron más feminicidios, con 149 casos, un aumento del 31,8 % con respecto al 2022. En ese orden le siguen los departamentos de Valle del Cauca, con 82, y Antioquia, con 73.

Todo esto es preocupante, porque se presenta la ausencia de un factor decisivo que puede ayudar a paliar estas desgarradoras cifras:  la demora de la justicia, pues del total de crímenes registrados hay un 54 % en fase de indagación, un 8,6 % son investigados, el 47,3 % están en juicio y solamente el 7,3 % se encuentra en ejecución de penas.

De otro lado, hasta el 7 de febrero del 2024 la Procuraduría llevaba reportados 20 casos de mujeres víctimas de feminicidio y 84 alertas desde Medicina Legal por agresiones como violencia intrafamiliar, una cifra que, sumada a las 848 alertas emitidas en el 2023 por la amenaza de feminicidio, indica un creciente riesgo para la seguridad de las mujeres.

También es lamentable que el turismo sexual esté creciendo en Medellín, Bogotá, Cartagena y Santa Marta, y de ahí nace la preocupación por la ausencia  de políticas de Estado, que defiendan sus derechos y la protección de la vida de las mujeres,  y que no mueran en la maraña de la burocracia y la corrupción, sobre todo en aquellos organismos encargados de la protección de las mujeres, en la correspondencia en las oportunidades y de apoyo a la gestión femenina, como es el recién creado ministerio de la Igualdad y la Equidad, que poca eficacia y actividad ha producido y muestra por tanto, resultados que no ameritan tener unos de los presupuestos más abultados del país; sencillamente es inoperante, porque no han sabido dirigirlo y solo ha servido para hacer más y más burocracia.

El  año pasado se creó  la Patrulla Púrpura, una estrategia para prevenir y atender los casos de violencia contra la mujer, pero, como sucede normalmente en este gobierno, es  lamentable que aún no hay indicadores que evidencien su eficacia; ojalá  la vicepresidenta, Francia Márquez, cuando aterrice en la realidad colombiana, tenga la voluntad de implementar este programa, que sin duda sería de gran ayuda para bajar esas cifras tan lamentables contra los feminicidios en Colombia.