Cada 16 de febrero, se conmemora el Día Mundial del Pangolín, una especie de mamífero único y fascinante que enfrenta graves amenazas debido a la caza furtiva y el comercio ilegal.
A pesar de su apariencia peculiar y su comportamiento reservado, los pangolines han capturado la atención mundial, especialmente por su papel potencial en la propagación de enfermedades zoonóticas como el coronavirus.
Los pangolines, que habitan en Asia y África, son los mamíferos más traficados del mundo, con millones de individuos capturados ilegalmente cada año. Su carne y sus escamas son altamente valoradas en la medicina tradicional, especialmente en China, donde se considera un manjar y se paga hasta 300 dólares por kilogramo en el mercado negro.
Además de su valor medicinal, las escamas de los pangolines están hechas de queratina, la misma sustancia que compone las uñas humanas, y se cree que poseen propiedades curativas en la medicina tradicional china. Esta demanda insaciable ha llevado a las ocho especies de pangolín, cuatro asiáticas y cuatro africanas, al borde de la extinción en los 51 países donde habitan.
Durante la pandemia de COVID-19, los pangolines fueron señalados como posibles intermediarios en la transmisión del virus de los animales a los humanos, aunque esta teoría aún está bajo investigación científica. Sin embargo, ha destacado la necesidad de abordar el comercio ilegal de vida silvestre y proteger a las especies vulnerables como los pangolines.
En el Día Mundial del Pangolín, se hace un llamado a la acción para proteger a estos animales únicos y ayudar a garantizar su supervivencia en la naturaleza. La educación pública, la aplicación de leyes más estrictas contra el comercio ilegal de vida silvestre y la conservación de los hábitats naturales son clave para asegurar un futuro para los pangolines y otras especies en peligro de extinción.
