El acto de clausura, de solo 10 minutos, comenzó con la presentación del trofeo de la Copa América, que fue llevado a una tarima en forma del mapa de Sudamérica en el centro de la cancha por el chileno Matías Fernández, uno de los campeones de la última edición del torneo (2016).
La tradicional cancha del Maracaná fue ocupada por cerca de un centenar de niños vistiendo trajes típicos de distintos países del continente y ondeando las banderas de sus selecciones al ritmo de músicas que en Brasil son alusivas a conquistas deportivas.
La brasilera Anitta y el puertorriqueño Capó, que llegaron al escenario acompañados por un Zizito, la mascota de la Copa América, vestido con traje de gala, ofrecieron un corto espectáculo con dos animadas canciones, una en español y otra en portugués.
El espectáculo terminó con volcanes de fuegos pirotécnicos animando al público en el borde de la cancha y sobre la tarima improvisada en el medio del Maracaná.
