El descanso cristiano

Por: Padre Mario Rafael González García.

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Jesús, nuestro maestro, nos enseña a vivir bien en todos los ámbitos de nuestra existencia, pero a veces limitamos su enseñanza a unos pocos aspectos: la fe, la esperanza, la caridad, el pecado, el infierno y unos pocos más. El evangelio de hoy nos presenta un tema importante para nuestras vidas y que es del agrado de todos, aunque tantas veces no sabemos cómo vivirlo, ese tema es el descanso.

Como cristianos debemos también saber descansar, teniendo como presupuesto que quien no sabe descansar es porque no sabe trabajar. Dios, que nos invita a trabajar para colaborar con él en la creación, quiere también que descansemos; el reposo merecido es voluntad de Dios para cada uno de nosotros, debemos imitarle también en ello: “Terminó Dios en el día séptimo la obra que había hecho, y descansó en el día séptimo de toda la obra que había hecho, y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó porque ese día descansó Dios de toda la obra que había realizado en la creación”.

En la primera lectura de este domingo vemos como el profeta Jeremías presenta a Dios como el buen pastor, que promete reunir a sus ovejas y cuidar de ellas. Ya en el salmo, vemos como atributo del Buen Pastor el ayudarlas a descansar y dice: “El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace recostar, me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas”.

Ya en el evangelio encontramos a Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, el Buen Pastor que toma consigo a sus discípulos, a Pedro, Santiago, Juan, Tomás, Judas  y también a ti y a mí, a un lugar solo y apartado a descansar un poco.

Antes de entrar en el tema quisiera que te cuestionaras acerca de tu trabajo: ¿trabajas? ¿trabajas como hijo de Dios? Si no es así... entonces convendrá que medites en la enseñanza de san Pablo: “Quien no trabaja, que no coma”. Pero si trabajas como hijo de Dios, discípulo de Cristo, es decir, ordenadamente,  sin afanes desmedidos  de protagonismo o de lucro con la intención de servir a los demás por amor a Dios, entonces, será necesario que descanses.

Ahora bien, ¿cómo se supone que debe descansar un cristiano? El primer aspecto a tener en cuenta es que para un cristiano el descanso es tan necesario como el mismo trabajo. Descansar no es un lujo, ni una forma de egoísmo, es una necesidad, es un deber, necesitamos descansar... y por eso mismo es irresponsable esperar a caer agotado por el exceso, dañar nuestra salud, dañar nuestro cuerpo. Saber despegarse periódicamente de nuestras responsabilidades laborales contribuye a relativizar la importancia material de lo que hacemos y a asumir que estamos en las manos de Dios y que en definitiva todo depende de Él.

Un cristiano descansa dedicando tiempo a la familia, al paseo familiar, a los amigos, empleándolo para incrementar la formación y la cultura y para tratar al Señor con más calma en la oración, en la lectura de las Sagradas Escrituras, en la lectura de libros espirituales o un buen retiro espiritual.

Además, es también importante en las jornadas o periodos largos de trabajo aprender a descubrir el descanso en las pequeñas cosas de la vida, el mejor reposo es el que se dosifica: gota a gota, así como ayuda más el riego continuo que un aguacero puntual entre muchos días de sequía.

No es raro encontrar cristianos que descansan como paganos... es decir, dedicando mucho tiempo a no hacer nada.

¿Descansas? ¿Descansas como cristiano o como pagano?

Es necesario aprender a descansar como cristianos y tendremos una vida mejor.





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