Singapur: ejemplo de prosperidad

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Escrito por:

Gustavo Hernández López

Gustavo Hernández López

Columna: Opinión

e-mail: gusherlo@hotmail.com



Mientras algunos pueblos grandes en recursos naturales, mineros y con enormes posibilidades de progreso, por causa de sus regímenes populistas, comunistas y demagogos pasan de la opulencia a la miseria, existen otros como es el caso de Singapur en que su buena dirección gubernamental, su libertad en los negocios y su economía de mercado han producido a sus moradores éxito, bienestar y desarrollo.

Singapur es uno de los tigres asiáticos, cuya independencia de Gran Bretaña se produjo en 1963 y de Malasia en 1965, es decir son independientes desde hace 50 años.

Es un país con soberanía insular. Son 63 islas, con 5 500 000 habitantes de los cuales 2 millones son de origen foráneo y entre los nativos, el 75% son chinos y el resto una minoría es conformada por malayos, indios y euroasiáticos. Su extensión es de 707 kilómetros cuadrados.

Es el territorio más pequeño del sudeste asiático, pero ha crecido al igual que Holanda, ganándole terreno al mar. Su capital es Singapur, de ahí que sea una ciudad Estado. Es una República parlamentaria, en la cual se habla inglés, chino mandarín, malayo y tamil dada la heterogeneidad de su población.

Es un gobierno liberal que pretende atraer la inversión extranjera y en efecto lo ha logrado. Esta se ha involucrado, específicamente en la industria, fabricando sobretodo productos con destino a los Estados Unidos, Europa y los países vecinos.

Depende básicamente de las exportaciones de objetos electrónicos de consumo, fármacos y petroquímicos. Otro factor importante de su crecimiento tiene que ver con el sector financiero, pues existen 150 bancos, la mayoría extranjeros, solamente 12 de organización local.

Es el cuarto centro financiero mundial y el segundo puerto en el orbe por razón del movimiento de mercancías y a su turno es el tercer país con mayor renta per cápita, por encima de muchas de las potencias de alto desarrollo; es decir estamos frente a una nación pujante con poder e influencia regional.

Pero ese desenvolvimiento económico y social lo han podido materializar, gracias a la transparencia de sus Instituciones, a una corrupción reducida a su mínima expresión, a una alta competitividad financiera e industrial y a una educación que hoy en día es modelo internacional.

Lee KuanYew, quien acaba de morir en Marzo de este año, fue Primer Ministro durante 31 años, desde 1959 hasta 1990, por ello se le denomina como el Padre de la Patria.

Pero quienes lo sucedieron han contado con su asesoría y permanente apoyo, puesto que lo nombraron como Ministro mentor, sin cartera, totalmente ad honorem y en consecuencia siguió dirigiendo detrás de las riendas del poder los destinos de Singapur, hasta que falleció. Sin que hubiese herencia constitucional por virtud de la voluntad popular, últimamente sus hijos están gobernando. Dicen muchos que él presidió una democracia autoritaria.

Es la única parte en la esfera mundial donde él directamente prohibió mascar chicle. Este hombre de Estado admirado y querido por sus gobernados aplicaba la filosofía del Tao, del cosmos de los instantes, sin duda muy distinta de todo aquello que conocemos en occidente.

Consistente en que existen los instantes para hablar, los instantes para callar, los instantes para descansar, los instantes para trabajar, en fin para lo que queramos hacer. Son los momentos oportunos y adecuados con miras a realizar bien las cosas. A su juicio se da en el blanco cuando se actúa dentro de esos criterios de vida y de manejo de las situaciones. Entre nosotros este pensamiento se identifica o equivale al sentido de la oportunidad.

Posee Singapur una excelente red de carreteras, más de 3000 kilómetros asfaltados. Su aeropuerto ha sido elegido en el 2011 como el mejor del mundo. Es la ciudad más verde del universo y la de más planificación urbana en el continente asiático.

Allí hay plantas que filtran el agua contaminada y suministran el agua reciclada al 70% de sus pobladores. Su bajo índice delincuencial, la limpieza de sus calles y los óptimos servicios públicos hacen que se constituya en un sitio placentero y tranquilo para vivir. Por todo lo anterior es que se ha incrementado tanto el turismo.

Aquí se demuestra que los gobernantes con honestidad, seriedad y compromiso, con ganas de servir y con sensibilidad social, originan obras, seguridad y prosperidad en beneficio de sus pueblos.