El maestro del ilusionismo

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jorge García Fontalvo

Jorge García Fontalvo

Columna: Opinión

e-mail: jgarciaf007@hotmail.com



Aunque el presidente de la República haya expresado públicamente que las negociaciones con las Farc-ep estarían suspendidas un tiempo, por causa del secuestro del general Álzate, pienso que nadie, especialmente los terroristas que acampan en La Habana, llegue a tomar estas declaraciones en serio.
Para gran parte del pueblo colombiano la postura del señor Santos no es más que un acto de ilusionismo que empodera y fortalece a los asesinos del secretariado, sobre todo, cuando personajes influyentes de la vida pública nacional como los senadores Cepeda, Serpa, Benedetti y demás amigos del congreso, pretenden validar semejante parodia.
Este gobierno ha demostrado ser el más negligente de todos los tiempos. Solo se compara en mediocridad con el mandato del ilustre Andrés Pastrana. Su única y verdadera intención, vender a la comunidad internacional una burda ilusión para desvirtuar su incompetencia y cobardía.
Somos conscientes que este proceso de paz es manipulado por los corruptos regímenes de Venezuela y Cuba. Por ello, suena justo decir que no existe garantía para el pueblo de Colombia en ese tipo de negociaciones, y para la clase dirigente no importan los resultados nefastos que se vislumbran en gran escala. Lo único que interesa es la satisfacción de sus intereses egoístas.
Castro, Maduro y otros más, están fascinados con la idea de expandir por Latinoamérica y el mundo un proyecto político que encadena a la humanidad, mientras el señor Santos, con sus declaraciones fraudulentas, ha adoptado una posición descompuesta que lo acerca cada día más a los límites de lo irreal y lo ridículo.
Como cualquier mago de circo se vale de trucos baratos para engañar a la gente. Y aunque me censuren como lo hacen con los que opinan en Venezuela, Ecuador o Bolivia, debo decir que el actual presidente de la república se ha convertido en el maestro del ilusionismo.
Acudo al pueblo colombiano para que reaccione a tiempo en contra de la corrupta actuación de un gobierno arrodillado ante el terrorismo. La única opción es enfrentar a los que entregan a Colombia en las manos asesinas de Timochenko, Maduro y Castro, y a los que prometen curas milagrosas, pero al final, terminan ilusionando al público con trucos baratos.
Las Farc, el Eln, los paramilitares, sus hijos las Bacrim, y todos los delincuentes de cuello blanco que deambulan impunemente por nuestras ciudades, continuaran asesinando al pueblo colombiano si no hacemos nada para cambiar las cosas, en tanto, los maestros de la prestidigitación, degustando un whisky en las rocas en elegantes reuniones, intentarán adulterar la realidad.
No aceptemos que los asesinos de Colombia y sus camaradas continúen haciendo de la suyas, ante la mirada complaciente de un gobierno incompetente que no se esfuerza por atender el clamor del pueblo. Es necesario actuar.