Del Caguán a La Habana Columna

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jorge Caicedo Correa

Jorge Caicedo Correa

Columna: Opinión

e-mail: jcaicedoster@gmail.com



Los diálogos de paz de La Habana están pasando por un momento crítico y me remonto a los diálogos de paz en el Caguán cuando el abatido jefe narcoterrorista alias Alfonso Cano en una entrevista expresó: "Aspiramos a conformar un gobierno de coalición en el que nosotros, las Farc, seamos al menos el 50 por ciento. Si no es así, seguimos haciendo la guerra, que es lo que sabemos hacer, y vamos por todo el poder".
El Proceso de paz del Caguán se terminó por el asesinato del presidente de la Comisión de Paz de la Cámara, Diego Turbay Cote, su madre y sus escoltas; el secuestro y asesinato de la exministra de Cultura Consuelo Araújo Noguera, y el secuestro del entonces exgobernador del Meta, Alan Jara, entre otros hechos, y lo que acabó con la paciencia del Gobierno, que ese día puso fin a la zona de distensión, el secuestro por las Farc del avión de Aires en el que se desplazaba el congresista huilense Jorge Eduardo Gechem el 20 de febrero del 2002.
Las Farc creyeron que seguirían ganando terreno y la guerra, y en ese momento histórico no necesitaban de negociación de paz. Indudablemente cometieron un error de cálculo grande, por los duros golpes recibidos después por las Fuerzas Militares y Policía Nacional gracias a los hijos de este fracasado diálogo que fueron el plan Colombia con A. Pastrana y la Seguridad Democrática con A. Uribe.
En la actualidad se sigue con ese rumbo, el nuevo jefe de ese grupo delincuencial alias 'Timochenko', responsabilizó al Presidente por la muerte en noviembre del 2011 de Alfonso Cano, entonces máximo comandante del grupo guerrillero, pero se olvida que Cano fusiló a mas de 40 miembros de su organización por faltas revolucionarias para mantener la disciplina en una estructura narcotraficante.
Estamos igual, en un diálogo o monólogo interminable, en el Caguán estaban en su mejor momento militar, en la actualidad poseen capacidad de terrorismo.
Las principales demandas en La Habana son; una impunidad total para sus actos demenciales de terrorismo que no sé hasta qué punto ya esté legislado con el Marco Jurídico para la Paz y otra Constituyente.
La Constitución de 91 se realizó con base en los acuerdos de paz con el grupo M-19 que con el apoyo del patrón Pablo Escobar y su dinero sucio del narcotráfico masacraron la justicia colombiana en el Holocausto del Palacio de Justicia, resultó una colcha de retazos con un sin número de modificaciones, les sirvió al M-19 para vengarse del Ejército Nacional y hacer detener al General Arias y al Coronel Plazas que rescataron a los rehenes que los iban a fusilar y saquear a Bogotá.
¿Otra Constituyente con el principal cartel de las drogas, las Farc? Es la incógnita. El Presidente ya expresó: "están jugando con candela y este proceso puede terminar" por los continuos actos de terrorismo que sacuden el país.
Hacer terrorismo es fácil, lanzar una granada para matar al hijo de un miembro de la Policía, lanzar un cilindro bomba a la vivienda de una familia indígena, dinamitar unas torres de energía eléctrica, dinamitar un puente, una carretera es fácil.
No se me puede olvidar en una instrucción de antiterrorismo, el instructor no comprendía al pueblo colombiano que se auto destruía y tomaba como ejemplo que al final de los diálogos del Caguán las Farc querían entregar los cascos urbanos con ceremonia así como los recibieron, sin tener en cuenta que horas antes habían dinamitado el Puente sobre el río Ariari en el Meta.
Recemos para llegar a un feliz termino en estos diálogos de paz o sino prepararnos para continuar la guerra contra el narcotráfico y el terrorismo con la ayuda de la comunidad internacional que son los consumidores de la droga.