Educación y formación para el desarrollo laboral

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



¿Nos estamos preparando y educando para cumplir las expectativas laborales que demanda la Región Caribe y Colombia? ¿Están las instituciones educativas preparadas para el cumplimiento de su misión funcional?
Es vital, urgente, la incorporación de los padres de involucrar en el desarrollo educativo de sus hijos mediante la adopción de un sistema de interlocución, donde el padre cuestione, evalué, califique y valore los avances que ha obtenido su hijo mediante la marcha de su formación como educando. Un factor perturbador y muy notorio por cierto es el que evidencia la experiencia cuando los padres presionan a sus hijos casi que imponiéndoles la carrera o estudio de sus ascendientes, para que estos no tengan opción distinta a esa imposición que se le está insinuando. Estos argumentos que lejos de aportar más bien enturbian en la culminación feliz de los estudios por parte de los jóvenes cuando es fruto propio de sus decisiones; de lo contrario el diagnóstico relata la frustración que ya se vuelve costumbre en Colombia. Bajo estas perspectivas, padres e hijos - rol educación deben perseguir resultados positivos, productos de un diagnóstico que convoque o exhorte a trabajar unidos dentro del núcleo familiar en aras de superar divisiones, conflictos y establecer objetivos que propicien al joven hombre o mujer la mejor alternativa de opción producto de esta decisión; porque cierto es que a veces los jóvenes se encuentran en un dilema que les impide con celeridad ubicarse con vocación y condición a determinadas carreras.
¿En qué forma interviene el Estado en materia de seguimiento al rendimiento o debilitamiento del proceso de enseñanza en cuanto a falencias o fortalezas? Se requiere con urgencia que los profesionales ejecuten y desarrollen sus respectivos roles, tengan el perfil ideal y adecuado para que la operatividad de su funcionamiento sea objetiva, coherente e integral. Se necesita una educación y formación real para un mercado laboral y su correspondiente desarrollo. En ese sentido el diagnóstico de los procedimientos e intervenciones que le corresponde realizar al Estado colombiano debe estar fundamentado en un proceso de evaluación a docentes, rectores en el caso de la educación y en otros campos a funcionarios del sector público y privado.
Los artículos 26 y 27 de nuestra Constitución Política señalan la libertad que tiene cualquier persona de escoger profesión u oficio y que el Estado garantice la libertad de enseñanza e investigación.
En estos perfiles es vital adoptar las preocupaciones comunes que impulsen de manera conjunta hacia la búsqueda definitiva de soluciones integrales. Vale la pena profundizar, y discutir y controvertir la labor juiciosa y antagónica que propicia la reproducción de ideas e interpretaciones que merecen revisión día a día. Plausible iniciativa que debe darse para que llegue a ser parte y construir una eficaz y eficiente política que encuentre más pronto que tarde el sendero de elementos propicios para la activa y comprometida participación de perfiles ciudadanos. Los cambios, especialmente los que se dan en lo laboral deben ser para bien de todos los que se involucren con los perfiles profesionales adecuados, lo que brindará garantías y efectividad en el campo laboral; algunos insisten vivir con las antigüedades "porque estas son mejores"; los cambios son oportunidades y hay que aprovecharlos. La educación debe mantener un proceso continuo de producción cultural, dirigido a la formación de profesionales comprometidos con la búsqueda permanente de las mejores relaciones posibles con la sociedad.