Escrito por:
Jacobo Solano Cerchiaro
Columna: Opinión
e-mail: jacobosolanoc@hotmail.com
Twitter: @JacoboSolanoC
Llegar a Bogotá y reencontrarme con Eivar Moya, un muchacho con quien compartí mucho en sus inicios, por allá en 1995, cuando llegó del barrio Cañaguate a la capital, con una maleta cargada de sueños; y verlo hoy consolidado como el artista que soñó ser, con una obra valorizada que ronda los 15 mil dólares promedio, es un gran aliciente y me llena de orgullo.
Eivar en cada trazo refleja un sentir, un pensamiento y una historia que proyecta el cuerpo humano al natural y muestra su maestría en la composición y claridad de expresión, introduciendo en sus pinturas algunos de los apuntes que finalmente edifican su gran hipótesis con respecto al universo del arte. Su aptitud ha seducido personalidades nacionales, quienes han adquirido sus obras: El abogado, Abelardo De la Espriella; el actor, Danilo Santos; el periodista, Daniel Samper Ospina y el fotógrafo Mauricio Vélez, entre otros.
A nivel internacional, artistas de la talla de Ricky Martin; Fer, cantante de Mana; Gloria Stefan, se han fijado en su talento. Ha figurado en varios libros de arte de reconocidos críticos como: Los 15 Figurativos de Colombia (Eduardo Bastidas); El Espíritu Erótico (Fernando Guinard); Homenaje a Enrique Grau (José Cirilo); Revista de Pintores colombianos ARS (Joaquín Romero) y muchas más publicaciones que se han cautivado con sus torsos y ángeles cargados de melancolía.
En cuanto a exposiciones ha participado varias veces en el Art Miami, Escocia Fine Art, Museo de Arte de Bucaramanga, Bohemia Galería de Arte (Barranquilla), Euro Bank Coral Gables (Miami), LGM internacional (Bogotá D.C.) y sus obras hacen parte de colecciones privadas en Londres, New York, Madrid, Paris y Roma.
Sin embargo, la vida de este artista no ha sido fácil, después de sortear una Meningoencefalitis, que lo tuvo 20 días en coma y 3 meses en la clínica, con expectativas de cuadriplejia y esclerosis múltiple, justo cuando estaba en su mejor momento; Dios le dio otra oportunidad y hoy como el ave Fénix resurge de las cenizas y tiene proyectos en México y EE.UU. Sin lugar a dudas, Eivar Moya es un verdadero orgullo para Valledupar, quien junto a Celso Castro, Douglas Mendoza y Osby Cujia son los referentes de nuestra plástica.