Tres negociaciones y el mismo perdedor

Columnas de Opinión
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Tengo el presentimiento, que al igual que en las negociaciones de los Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos y la Unión Europea, y lo resultado en el litigio de límites territoriales con Nicaragua, a los productores y empresarios del campo les va a ir mal en el proceso de paz que el Gobierno del presidente Santos está adelantando con las Farc. La desacertada costumbre de nombrar en cargos fundamentales para el país a amigos y no a expertos en los temas, está acabando con nuestra soberanía.

Vamos por partes. Por culpa de unos negociadores sin el debido conocimiento del sector agropecuario, los acuerdos comerciales suscritos con los países antes mencionados, están arruinando a los pequeños y medianos campesinos colombianos. Los contratos de compra de los productos de ganaderos y agricultores están caducando porque a la agroindustria y a las cadenas de supermercados nacionales les deja mayor margen de rentabilidad la importación de materias primas que luego transforman y comercializan como si fueran productos producidos en Colombia.

Esto está sucediendo con la leche en polvo, el maíz, la harina y el arroz, productos que hasta hoy, eran el sustento de nuestras humildes familias campesinas. Desde mayo, estamos consumiendo, leche, pescados, carnes, pollos y jamones importados.

Esto me recuerda a un expresidente de la Federación Nacional de Cafeteros (muy amigo de la de casa de Nariño), que mientras se gastaba los dineros del Fondo Nacional del Café en millonarias campañas publicitarias como "Yo tomo café", por la puerta de atrás daba los permisos para que los tostadores importaran y tostaran para el consumo nacional, café del Perú, Ecuador y Vietnam. Es decir, los cafeteros nuestros terminaron financiando la publicidad para que los colombianos consumiéramos cafés de otros países. Que bárbaro!

Para que nos hagamos una idea del impacto negativo de estos TLC´s en el sector agropecuario, según las recientes estadísticas del Dane, durante los diez primeros meses del año, mientras las importaciones crecieron un 8.6%, las exportaciones lo hicieron en un 7.4%, pero principalmente por los combustibles. Las exportaciones de los productos agropecuarios decrecieron un -3.9%.

Por otra parte, en el litigio en el cual acabamos de perder un porcentaje significativo de mar territorial, -fruto de la gestión desacertada de unos defensores ineficaces-, Nicaragua ejercerá en adelante soberanía sobre una amplia y rica zona en recursos pesqueros, donde cientos de nuestros pescadores de San Andrés y varias compañías pesqueras de Cartagena sustentaban la rentabilidad de sus negocios. A más de un mes de conocerse el resultado de la disputa, el Gobierno no ha planteado una solución seria y pronta que evite la quiebra de estas personas y empresas nacionales. En el proceso de paz que se adelanta en Cuba, la cosa sí que es aún más grave.

El presidente Santos en vez de nombrar unos expertos en el tema agropecuario, designó unos negociadores que no tienen el menor conocimiento en materia de Desarrollo Rural y Política de Tierras. Lo peor de este cuento, es que quienes los asesoran, son los mismos bibliotecarios del Ministerio de Agricultura que tienen el campo en crisis.

Esta semana algunos gremios de la producción nacional encendieron las alarmas al ver que detrás del foro agrario celebrado en la Universidad Nacional, se cocinaba una estrategia que podría estar orquestada por el congresista del Polo, Ivan Cepeda y Piedad Córdoba, con el fin de introducir algunos micos -con tufillo a venganza, al actual proyecto de Ley de Tierras y Desarrollo Rural que está tramitando ante el Congreso de la República, el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo.

Ojo presidente! No se deje meter gato por liebre. Ya está bueno de tantos fracasos.