Ejecutivo en cuarentena

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Escrito por:

Fuad Chacón Tapias

Fuad Chacón Tapias

Columna: Opinión

e-mail: fuad.chacon@hotmail.com



Un mandatario está en todo su derecho de enfermar, en eso no hay discusión ya que es una posibilidad natural que forma parte de los riesgos inherentes a la vida misma, pero no se encuentra legitimado para atornillarse en su cargo cuando su salud no le permite desempeñar las funciones para las cuales fue escogido.

Elemento que nuestra clase política de turno ha olvidado, pues prefiere recetarse inyecciones de poder, creyendo que serán la morfina milagrosa que curará sus dolencias, antes que dar su brazo a torcer.

Los recientes acontecimientos que tuvieron al Presidente entre gasas y camillas nos dieron una muestra patética de lo mal preparados que estamos para encarar una crisis por ausencia permanente de poder. De tal dimensión fue el vacío que prácticamente este avión llamado Colombia voló durante un par de días comandado por el "piloto automático", ya que la plana mayor del Palacio de Nariño se encontraba en zona de pits.

Todo sucedió por cuenta de un cráter constitucional alrededor de la salud presidencial y vicepresidencial que, como cosa rara, no vimos a tiempo, pero que ahora pide a gritos un relleno legislativo oportuno -y sin micos, señores senadores… Insisto, sin micos!- que nos blinde contra la contingencia de un gobierno que repentinamente se despierte acéfalo.

En esta refacción de la Carta Política hay que dejar claras varias cosas, tanto el acceso al historial médico de los máximos dirigentes como los exámenes obligatorios a los cuales deben someterse sin posibilidad de resistencia.

¿Acaso alguien cree que hoy Angelino podría ocupar la silla de Santos en caso de que todo salga mal? No seamos cínicos, un vicepresidente lo último que quiere es ser Presidente porque va a ganar menos del doble del sueldo con más del séxtuple de trabajo y Angelino lo tiene claro, por eso se acomoda en el limbo entre no dejarse revisar de los galenos alegando un golpe de Estado, pero tampoco pide que el Primer Mandatario dé un paso al costado.

Afrontémoslo, tenemos un ejecutivo en cuarentena. Por suerte en esta ocasión lo de Santos no pasó de un susto, una rueda de prensa y un saludo por la ventana de la Fundación Santa Fe, pero pudo ser mucho peor.

Llegado ese fatídico día Dios nos libre de algún Roy Barreras, o un Simón Gaviria, que pescando en río revuelto alcancen el timón del avión por no contar con un manual de vuelo actualizado y un copiloto sin convalecencia para hacerse con el mando.

Obiter Dictum: El 9 y 30 de septiembre la Policía Nacional publicó en El Espectador una pauta de página entera que a simple vista parecía la misma, con la foto de una estudiante de pantalón en llamas a la que un agente auxiliaba, pero que era distinta, pues en la primera ocasión llaman "terrorista" a quien lanzó el coctel molotov durante esa "manifestación estudiantil", y en la segunda oportunidad omiten el término. Si quiere comparar este y otros cambios no azarosos en ambas fotos lo invito para que entre a www.fuadchacon.wordpress.com.