El Gran Seductor y el Nobel de Paz

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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



En su esfuerzo por quedarse en la Casa Blanca, Obama, buscó desesperadamente el apoyo de Bill Clinton, quizás el político más brillante del último medio siglo.

La intervención de Clinton fue una cátedra de liderazgo, que demostró porqué es admirado, incluso por sus contradictores. Estados Unidos durante la administración Clinton vivió lo que podrías considerarse los años maravillosos.

El discurso de Clinton, aunque dio ánimos de corto vuelo a los demócratas que todavía quieren creer en Obama, también dejó en evidencia el contraste entre Obama y Clinton.

Una cosa quedó clara, Clinton es Clinton y Obama es Obama. Lo que Clinton hizo, Obama es incapaz de hacer. Miremos qué hace que Clinton sea un líder político excepcional.

Como persona, Clinton es carismático y un gran comunicador, que tiene la habilidad de conectarse con su interlocutor a nivel intelectual y emocional. A diferencia de otros presidentes estadounidenses, Clinton es un intelectual de primera línea, que comunica ideas complejas de manera simple y efectiva.

Clinton es ante todo un seductor, tanto en lo personal como en lo público. Seduce para convencer y persuadir, y gracias a esto fue capaz de trabajar con los republicanos y construir consensos que redundaron en beneficio del país.

Dicen algunos especialistas del tema, que los políticos carismáticos son don juanes que han logrado controlar y canalizar su energía libidinosa para alcanzar metas políticas, y su mayor reto es conquistar masas en vez de mujeres.

Obama en contraste, aunque es carismático, su comunicación a nivel emocional es principalmente resentida y violenta. Por esto su ambiente político natural es la lucha de clases y es donde encuentra mayor resonancia en las masas. Es una especie de Malcom X, guardando las proporciones.

Generalmente el resentimiento lleva a la intransigencia, lo que se traduce en política, en la inhabilidad de tender puentes con los contradictores. Se nutre el resentimiento de cierta certeza moral, que lo lleva a hacer demandas y no propuestas. Cuando no se obtiene lo exigido, se erigen trincheras y se recurre a la división.

El contraste no podría ser más marcado. Por un lado, Clinton el seductor, del otro, Obama el resentido. Clinton, disfruta seduciendo a sus oponentes, mientras que Obama les declara la guerra.

Las característica personales de liderazgo de Obama, han sido un gran obstáculo para la recuperación de los Estados Unidos. Precisamente, cuando el país debería estar más unido para enfrentar la crisis económica mundial, Obama lo divide. Su administración ha sido una de división y no de unión, comenzando por la agenda adoptada en el 2008. Su principal obsesión desde el primer día debió ser la economía y no Obamacare. Malgastó su capital político en el tema equivocado.

Una agenda priorizada erróneamente, demuestra la incapacidad de Obama para entender los grandes retos que confrontaban, y aun confrontan, los Estados Unidos. Hay temas que le quedan grande.

Su idea de justicia social, es asistencialismo gubernamental para todos. No en vano ha gastado trillones de dólares en extender el asistencialismo oficial a corporaciones y ciudadanos por igual. Hoy hay más de 46 millones de estadounidenses recibiendo asistencia social para alimentación.

Si ese mismo dinero se hubiera gastado en apoyar a la pequeña y mediana empresa, hace rato Estados Unidos estaría creciendo a niveles razonables. Ese fue el secreto de Clinton. Las empresas privadas son las que generan empleo abundante y de buena calidad, no los gobiernos.

Desafortunadamente, la manipulación política de ambas campañas, no ha permitido que los estadounidenses realmente aprecien la importancia de estas elecciones.

Obama cree que el gobierno sabe lo que es mejor para el individuo, mientras que Romney cree que el individuo puede decidir lo que es mejor para el. Obama cree que justicia social es darle asistencia social a los que no tienen quitándole a los "ricos", Romney cree que el camino es crear empleos buenos para todos.

Dos visiones radicalmente diferentes de la sociedad estadounidense. La experiencia demuestra que el camino de Obama lleva a la quiebra. Adicionalmente, la falta de liderazgo de Obama en el frente internacional, ha engendrado grandes riesgos para la paz mundial. Yo sospecho, que astutamente le dieron inmerecidamente el Nobel de la Paz para convertirlo en un líder débil. El asesinato del embajador de los USA en Libia da testimonio de esto.