El reto es modernizar con desarrollo a Santa Marta

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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



El estado actual de Santa Marta nos llama a rodear al recién elegido alcalde para garantizar que su gestión tenga éxito.  No podemos darnos el lujo de que Pinedo fracase.

Lo que está en juego es muchísimo más grande que Pinedo.  Es poner en práctica un modelo gerencial apalancado en el libre mercado, la empresa privada y el buen gobierno, y así demostrar que es el camino correcto para transformar comunidades, generar bienestar y empleo de calidad.

Santa Marta fue gobernada por doce años con un modelo de izquierda que nos dejó lo que se conoce como modernización, entre comillas porque ni acueducto dejaron, sin desarrollo.  Es decir, dejaron, ladrillo decorado, pero fueron absolutamente incapaces de mejorar los indicadores socio-económicos y de convivencia.  En términos humanos y en términos reales, retrocedimos como sociedad.

Ahora le toca demostrar a Pinedo que se puede gobernar bien y hacer la diferencia en la vida de la gente.  Pero para tener éxito, debe tener claras dos cosas fundamentales.

La primera es que no se puede hacer todo al mismo tiempo, y entonces las prioridades deben ser las correctas, y obviamente enfocarse en aquellas que son más necesarias y que tienen mayor impacto social y que generalmente son transversales.  El orden natural es primero lo necesario, después lo posible y por ultimo lo deseable.

Y la segunda, que la primera no es posible si antes no se tiene una visión ciudad a largo plazo.  La ciudad hay que pensarla, y necesita una hoja de ruta que permita enfocar recursos y esfuerzos; hoja de ruta que debe ser actualizada para que sea relevante.  Esa hoja de ruta involucra distintos sectores, entre estos empresarios, academia y gremios; y de esta hoja de ruta deben desprenderse naturalmente iniciativas varias en frentes críticos para el desarrollo de la ciudad.  Se trata de crear sinergias virtuosas entre lo público y lo privado.  Políticas públicas apoyando la economía de mercado.

Uno de los retos sistémicos que confrontamos es que el Magdalena todavía vive de la, hoy precaria, agroindustria que nos dejó la Bonanza Bananera y el paso de la United Fruit Company por estas tierras.  Todavía es cierto que, si no fuera por la Zona, caramba, Santa Marta moriría.  El desarrollo que queremos exige diversificar y modernizar nuestra economía y la base industrial.  Tenemos un inmenso potencial para ser un centro logístico de talla mundial con industrias manufactureras de bienes intermedios.  Deseable sería una articulación con la región.  Nuestra base productiva actual, el agro, no crea muchos empleos, y la mayoría son de poco valor agregado; además, con posibilidades limitadísimas de agregar valor al producto mismo.  Otro tanto sucede con el turismo; empleos de poco valor agregado. Estos sectores no ofrecen reales oportunidades para desarrollar y tener un capital humano de alta calidad que impacte positivamente el nivel de vida comunitario.  El bienestar social necesariamente pasa por la industrialización. 

Tenemos retos en infraestructura por el enorme déficit actual, pero igualmente tenemos déficit en capital humano.  Los primeros son fácilmente solucionables, los segundos solo lo son en el largo plazo.  Materias pendientes son el acueducto y el alcantarillado, pero no podemos olvidarnos del costo de la energía; necesitamos energía barata no solo para atraer industrias manufactureras sino también para mejorar la competitividad de lo que tenemos hoy. 

Lo necesario y lo que corresponde hoy es comenzar a sentar las bases para que ese desarrollo integral sea posible.  No se trata de solo de hacer cosas sino de hacerlas bien. 

Para tener éxito, Pinedo deberá rodearse bien.  Además, debe escuchar, y sobre todo, saber a quién escuchar.  Los samarios tenemos que hacer hasta lo imposible para que la alcaldía de Pinedo sea un rotundo éxito. 

¡Pongámonos la camiseta de Santa Marta!