Las ventajas del federalismo

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Eduardo Verano de la Rosa

Eduardo Verano de la Rosa

Columna: Opinión

e-mail: veranodelarosa@hotmail.com



Los habitantes de los departamentos y los municipios de nuestra república saldrán ganadores si el modelo centralista y de presidencialismo concentrador de poderes que tiene la Carta Política vigente deja el paso a la descentralización del poder político. Esto quiere decir que, los habitantes de las regiones periféricas de nuestra república serán ganadoras si el centralismo deja de existir y da paso a la autonomía política de las regiones. ¿Por qué resultarán ganadores? Simple y claro, los departamentos y municipios recuperarán la propiedad de los bienes que tenían los Estados Federales antes de expedirse la Constitución Política de 1886.

Esta es la primera ganancia, porque en la Carta Política de 1886 se produjo una gran expropiación de parte del poder central a los Estados Federales. Se les expropiaron sus propiedades, sin que se les indemnizara por esta perdida de propiedad. Se les expropio; mejor, se nos expropiaron nuestras riquezas mediante la expedición de una constitución política autoritaria y mediante procedimiento autoritario de una asamblea de delegatarios, inconsulta. Nuestros bienes fueron expropiados mediante una constitución que no nació con el concurso de nuestra voluntad. Fue sin dudas, un acto de piratería, se aprovechó una coyuntura política y se nos arrebataron nuestros bienes.

Se podrá decir que nacimos de la Carta Política expropiadora, porque los departamentos no existían y nacieron con la Constitución de 1886, no es cierto. Existíamos como Estados Federales con nuestros bienes y libertad política para el autogobierno de nuestro propio destino. Se nos arrebataron los derechos de propiedades de nuestros bienes y se nos condenó a perder la libertad política de autogobierno, y la autonomía política.

Tenemos el derecho a recuperar nuestros bienes y la libertad política de autonomía para autogobernarnos y el derecho a gobernar nuestros propios destinos. Todo lo tenemos que consultar a los centros de poder de la fría capital andina y obedecer lo que desde esos centros de desgobierno nos impongan. Tenemos el derecho a la autonomía gubernamental.

Más de un siglo del poder central de gobernarnos como menores de edad es más que suficiente. Somos mayores de edad, en nuestros territorios existe el personal con suficiente preparación formados en excelentes universidades para el gobierno de nuestra cosa pública. El centralismo lo impide y nuestra ciudadanía madura que podría responder por la selección, conformación y gobierno de nuestros propios intereses se somete a los intereses del poder central de la República. Esta es otra ventaja de asumir el modelo de gobierno federal, nuestros profesionales tendrán más oportunidades de empleos.

Igualmente, tenemos una burguesía, un empresariado, un mercado autónomo y un conglomerado de trabajadores que merecen un tratamiento particular en su beneficio para lograr el bienestar de los habitantes de muestro territorio. Les asiste el derecho a influenciar en forma democrática deliberando, decidiendo y participando activamente en la configuración del modelo de desarrollo y de las medidas.