Libertad y orden: bases del progreso y bienestar

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El Pájaro de Perogrullo

El Pájaro de Perogrullo

Columna: Opinión

e-mail: jplievano@outlook.com



Existe la sensación en estos días de que el país ha perdido el norte, que simplemente navega entre trinos y reformas improvisadas, que lo alejan del progreso y bienestar que anhelamos todos los colombianos. Tal vez el actual Gobierno, con su deseo vehemente del cambio por el cambio, ha olvidado algunas de las nociones básicas de la vida en sociedad, que los gobernadores le recordaron usando en sus redes el escudo patrio. Si ello no hubiese sido suficiente, muchos ciudadanos, de forma independiente y espontánea, también lo hicieron.

Y es que usar el escudo para protestar, no es poca cosa, pues contiene símbolos que representan los valores de la nación colombiana. En primer lugar, el gorro frigio representa igualdad, libertad y fraternidad, ideales de la revolución francesa, que se materializan en el cambio de modelo de estado de reino a república, en la forma de una democracia liberal. Representa, además, la justicia, que no es nada distinto a la eterna búsqueda de darle a cada cual lo que le corresponde. También representa, desde la antigüedad, la libertad y la oposición a la tiranía. En síntesis, representa a la república y al individuo y sus libertades.

En segundo lugar, la granada representa la nueva nación que decidió, con independencia de la metrópoli, buscar su propio camino y destino, pero acompañada de los cuernos de la abundancia de sus minas y frutos de la tierra. En tercer lugar, el lema de libertad y orden, que no es inocuo, superfluo o caprichoso. Tiene un significado importante en nuestra historia y cultura política. Se trata, ni más ni menos, otra vez, de la alegoría a las libertades individuales, pero con orden, es decir con el equilibrio que estas deben tener, según dicta la ley basada en la razón, para una armoniosa vida en sociedad. Todos estos símbolos nos pueden ayudar a encontrar nuestro camino como nación y encausar, de forma debida, el esfuerzo de la paz total y otras iniciativas y políticas públicas.

No podemos conseguir la paz otorgando privilegios a narcotraficantes y delincuentes, olvidando la justicia. No podemos perder el control de los territorios, declarando el cese al fuego, que no es nada distinto a renunciar al orden y a la aplicación de la ley por parte de las autoridades. No podemos otorgar privilegios y prebendas no razonables a los trabajadores, y mucho menos fomentar a los sindicatos, en contra de la creación de empresa y empleo y de las libertades de asociación y escogencia de profesión y oficio.

No podemos olvidarnos de las riquezas de la tierra, pues son parte fundamental de los recursos fiscales, dejando de explorar y explotar carbón y petróleo. No podemos contar con un nuevo sistema de salud, donde primará el desorden y la falta de libertad para la escogencia del prestador del servicio. No podemos otorgar subsidios a costa de los trabajadores cotizantes y de la clase media. En síntesis, los gobernadores nos recordaron que valores tan sencillos como la libertad y el orden, que están ahí, a la vista de todos en el escudo nacional, son pilares fundamentales para la consecución del progreso y el bienestar que todos anhelamos.