Con el nuevo salario mínimo mensual para los trabajadores colombianos, que regirá en el presente año, tal y como ha sido tradicional, se presenta una situación insólita e increíble y tiene que ver con los reajustes de precios.
Las alzas en los precios menguaron la dicha del salario mínimo para el año 2022 y el control a los aumentos no se ha visto por parte de las entidades del gobierno encargadas de estas labores.
A la aprobación del nuevo salario mínimo mensual ahora le hacen falta la vigilancia para que se cumpla y que las autoridades en general, por intermedio de sus funcionarios, ejerzan un mayor control a los incrementos de los precios de los alimentos, artículos y productos en general de consumo vital, en los servicios públicos y también en el impuesto predial.
En caso que no existan medidas de control efectivas a las alzas, el aumento del salario mínimo se verá afectado y, por lógica económica, las desigualdades económicos y sociales crecerán aún más.
En la capital colombiana ya hubo un anuncio de aumento en el impuesto predial para el año 2022; anhelamos que sea mínimo ante la situación económica de propietarios de inmuebles en Bogotá y de sus habitantes.
Resultan demasiado notorias las alzas en los precios de los alimentos en todo el país; los precios están por las nubes y lo peor es para el ciudadano corriente que resulta afectado por esos reajustes. La leche, los huevos, la carne de res, gallina y cerdo; lo mismo que el aceite de cocina y el pan son, entre otros, los productos de consumo diario que han registrado aumentos de precios significativos.
A manera de balance del anterior año en Colombia contabilizamos 3 escaladas alcistas en los precios y el control de las autoridades a nivel nacional, departamental y municipal no se vio por ninguna parte.
Hubo reajustes de precios, según los propietarios de negocios y administradores, por el paro, las manifestaciones, los bloqueos de importantes vías; también por el vandalismo, la escasez y el aumento de los insumos para la producción...