Grandes inventos – La salud

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Escrito por:

Hernando Pacific Gnecco

Hernando Pacific Gnecco

Columna: Coloquios y Apostillas

e-mail: hernando_pacific@hotmail.com



La historia suele estar mal contada. El 16 de octubre de 1846, William Morton en el Hospital General de Massachusetts (Boston) aplicó éter a Gilbert Abbott para que el Doctor John Warren le extirpara un tumor en el cuello.
En realidad, el primer paciente quirúrgico anestesiado fue James Venable: el 30 de marzo de 1842, Crawford Williamson Long, en Jefferson (Georgia), le extirpó bajo los efectos del éter un par de tumorcillos. Lamentablemente, publicó su descubrimiento en 1849. En 1847, el obstetra inglés James Simpson realizó la primera anestesia obstétrica, también con éter. Pero John Snow, obstetra de la Reina Victoria, gana los honores; aplica cloroformo a la soberana para el nacimiento del príncipe Leopoldo.

Todas las especialidades médicas son importantes y necesarias pero, sin duda alguna, la anestesia marcó un hito fundamental en la historia de la medicina. A medida que incorporó invenciones y desarrollos, la anestesia pasó rápidamente de la incertidumbre a la seguridad, permitiendo la realización de novedosos procedimientos intervencionistas y quirúrgicos. Es el origen de los cuidados intensivos, el control del dolor y otros adelantos indispensables en la medicina moderna.

Wilhelm Conrad Röntgen, físico alemán, en 1895, descubrió los rayos X, un potente haz de luz que puede atravesar la materia y generar imágenes al otro lado del emisor que se recogen en placas especialmente tratadas. Röntgen registra la imagen de una mano de su esposa en noviembre de 1895, y en enero de 1896 realiza la primera demostración ante la Sociedad Médica Física de Wurzburg. Por ello lo galardonó el emperador Guillermo II y recibió importante premios, incluyendo el Nobel de Física de 1901.

Nacía una disciplina médica que produjo diferentes métodos diagnósticos, hoy indispensables en el ejercicio médico cotidiano. De las imágenes estáticas planas pasó a las dinámicas y tridimensionales, y dio origen a la radiología intervencionista. Los ganadores del Premio Nobel de Física Pierre y Marie Curie, quienes trabajaron en la radiactividad natural, aportan a la medicina la radiación ionizante; emerge la radioterapia. La física es indispensable en la medicina actual.

Alexander Fleming, microbiólogo del Hospital St. Mary de Londres, es considerado el descubridor de la penicilina. No obstante, las propiedades de ciertos mohos eran conocidas desde la antigüedad para sanar heridas en culturas tan disímiles como Grecia, India, Serbia, Rusia, Arabia o las tribus nativas norteamericanas. Desde el siglo XVII, científicos ingleses reportan tratamientos con hongos.

En Costa Rica, los trabajos de Clodomiro Picado realizados entre 1915 y 1927 demuestran que los hongos del género Penicllium (de donde se obtiene la penicilina) actúan sobre determinadas bacterias responsables de ciertas infecciones; reporta sus hallazgos a la Academia de Ciencias de París pero Picado no patentó su descubrimiento.

Heatley purifica la penicilina; las investigaciones de Florey y Heatley conducen a su industrialización y durante la Segunda Guerra es usada para controlar infecciones por heridas de guerra. Paralelamente, en Alemania se desarrollaron las sulfamidas. Estas sustancias permitieron controlar al enemigo de las cirugías, la infección. Hay ahora miles de compuestos antibióticos que se enfrentan a la creciente resistencia bacteriana y al mal uso de muchos pacientes y, en ocasiones, de los mismos médicos.

La epidemia de cólera de Londres en 1853 conlleva a una serie de acciones basadas en el análisis de la salud de la población. John Snow (nuevamente) observa una correlación entre el pozo de Broad Street y algunas muertes. Propone cerrar el pozo y se acaba la epidemia. Ya en 1848 en el Reino Unido se había expedido la Ley de Salud Pública, que permitió conectar los problemas sanitarios con los sociales, derivados de la Revolución Industrial. Junto con los antibióticos y las vacunas, se previenen ciertas enfermedades.

Se industrializa la producción de medicamentos, y se observa incremento en la calidad y expectativa de vida. Después de la Segunda Guerra Mundial aparece la Organización Mundial de la Salud, precedida por la Panamericana, y la Unicef, destinada a reducir las enfermedades en los niños. Se manejan con otro enfoque enfermedades crónicas como la hipertensión y la diabetes.

Hoy, gracias a la salud pública podemos disponer de políticas y planificación, regulación y control, así como la atención de calamidades sanitarias. Sin embargo, estas fascinantes mejoras han cambiado la estructura poblacional, trayendo nuevos problemas. No siempre lo bueno trae los beneficios esperados.