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Farcinicas y farsantes

Columnas de Opinión
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Adital, comunicación de Telesur sacó una publicación que las Farc-EP abogan por la inclusión de género en el mundo, abogando con palabras hermosas, que deben tener las mismas posibilidades las comunidades Lgtb en los acuerdos.


Lo inadmisible es que la Fiscalía tiene más de quinientas investigaciones de las cuales 232 tienen pruebas contundentes, 18 contra hombres de esa comunidad y el resto contra mujeres que han sido obligadas a abortar bajo pena de fusilamiento con la premisa que a las Farc fueron a combatir no a parir.

Desgarrador el testimonio de una niña de 10 año que de acuerdo con sus palabras “El Comandante me echó los perros, estando dormida en el cambuche (sic) me despertó me dijo que me fuera con él a las buenas o a las malas, lo seguí y pasó lo que tenía que pasar, le gustaba violar menores”. Estos delitos quedarán impunes y tienen el descaro de promulgar “La paz de Colombia debe tener rostro de mujer”. Dice el texto. Pongámosle la cara de esta niña.

De los varones por considerarlo aberrante prefiero hablar de una experiencia vivida en un curso de Policía Militar y control en localidades efectuado en Bogotá en 1968, dos jóvenes en una casa de citas violaron al homosexual dueño del local porque este se negó a enviarles meretrices aduciendo que los muchachos no tenían dinero para responder por los gastos. Al arrestarlos un suboficial indago al gay aduciendo que por su preferencia sexual debió de haber gozado a los efebos jóvenes y bien plantados y este le respondió: A mí me gusta, pero no así.

En medio de esta negociación, las Farc continúan delinquiendo, los jefes financieros en varios bloques continúan extorsionando, considerando letra muerta las promesas del delincuente alias Timochenko y el Gobierno insiste a pesar del rechazo general de convertirles el Senado de la República en cárcel, para que legislen de día y duerman de noche en la Estación de Carabineros de Bogotá.

Esta fórmula para hacer política, es apague la luz y vámonos, o sea que nos van a legislar unos presidiarios. Convertir el Senado y la Cámara en casa por cárcel y el tiempo de negociación como tiempo cumplido de la pena no lo aceptan ni los narcoterroristas, menos el pueblo colombiano.

No se está en contra de la paz, ojalá la alcancemos, pero con justicia social y sin impunidad porque de nada sirve si va a continuar el narcotráfico, la extorsión, el secuestro, la violencia sexual, violación de los derechos humanos con los promotores en el Senado de la República legislando y delinquiendo. El último en salir de Colombia que la barra, apague la luz y cierre la puerta como decía mi abuelo paisa porque si el Estado no ocupa el espacio abandonado por parte de las Farc, lo ocupa el ELN, las Bacrim y la delincuencia común.