Quienes hemos visto con singular deleite "el Tour de France" en la excelente transmisión por televisión tanto por Espn y por Señal Colombia, hemos podido darnos cuenta del entusiasmo que despierta entre los franceses ésta la más importante carrera por etapas del ciclismo mundial. Así mismo nos ha asombrado, pues hemos quedado estupefactos y admirados con la demostración de fuerza y contundencia en todos los terrenos, es decir en plano, contrarreloj, bajando y subiendo de quien encabeza actualmente la Vuelta y quien en el 2013 fue el ganador de esta magno evento de la cicla.
Me refiero a Chris Froome, un inglés, nacido en Kenia. Pedalea a un ritmo impresio-nantemente coordinado y fuerte, en forma tal de que están poniendo en tela de juicio su performance fuera de lo normal y que le ha permitido no solo ser el primero sino ser un líder imbatible.
Sobre el particular se han pronunciado dos franceses que portaron la camiseta amarilla, en ese mismo Tour. Ellos son: Laurent Jalabert y Cédric Vasseur quienes han dicho que "tienen sus reservas sobre la actuación en la décima etapa de gran escalada", en la cual dejó a sus rivales de lejos y allí estaban verdaderos especialistas en tramo montañoso, entre otros nuestro crédito Nairo Quintana.
También Lance Amstrong vencedor de siete vueltas a Francia (1999-2005), corredor que perdió todos los títulos por dopaje y en este momento en territorio galo por actividades filantrópicas, ha manifestado a los periodistas sus dudas ante este dominio del ciclista británico. Esta es su declaración: "No entiendo y tengo muchos pensamientos y preguntas acerca de Chris Froome". "Está tan fuerte para ser limpio". "No estoy acusando a nadie, de hecho justo lo contrario. No estoy interesado (ni tengo credibilidad) para opinar".
Se comenta de una ayuda tecnológica en la bicicleta, esto es un dopaje mecánico. Pienso que se está abusando con la especulación. Froome ha enfrentado a sus detractores diciendo que "está dispuesto a hacerse exámenes fisiológicos, pero que no pueden ser públicos".
En la primera etapa de montaña, este anglokeniano se salió con facilidad del lote puntero en el cual iba Quintana, Contador, Nibali, es decir los favoritos para disputarle el Tour y todos ellos escaladores y sin embargo no le aguantaron el paso demoledor en esos 15 últimos kilómetros. El escarabajo Quintana el más favorecido perdió un minuto. Ese final en subida como una pared, por eso es fuera de categoría, lo tomó Froome como si tuviese un motorcito en su bici o en sus piernas, sobre todo lo más meritorio, cuando tenía sobre su cuerpo un alto kilometraje de recorrido.Quedó todo el mundo, aficionados, espectadores, televidentes, técnicos, periodistas, expertos en la materia y sus mismos contrincantes absolutamente atónitos y sorprendidos, con el arranque en el caballito de acero de este fenómeno del actual ciclismo de carretera.
En los Pirineos han desfallecido muchos de los aspirantes al pódium particularmente Vicente Nibali el mejor rutero italiano, el número uno en el Tour del año pasado. Alberto Contador el hispano más destacado, quien acaba de ganar el Giro de Italia y de la misma manera con victorias en esta prueba francesa de largo aliento. Y el gran pedalista colombiano Rigo Urán segundo en la principal competencia de ruta italiana y quien tantos triunfos internacionales nos ha brindado.
Es justo, necesario y oportuno dedicarle unos renglones a Nairo Quintana, por cuanto a pesar de que lo descolgaron en la etapa en la cual hubo vientos y perdió consecuentemente más de un minuto, de ahí en adelante ha venido recortando tiempo. Incluso en las etapas contra el reloj recuperó puestos en la general y actualmente se encuentra en el tercer lugar.
Nairoman como lo han apodado en su tierra, ha evidenciado su madurez, su profesionalismo, sus condiciones ciclísticas, su deseo de ser competitivo y ganador. Indiscutiblemente se ha ganado el respeto de sus adversarios y es tal el reconocimiento de que el equipo Movistar con Alejandro Valverde a la cabeza lo está acompañando, secundando y abrigando, por ello en buena parte ha logrado estar donde está y estoy plenamente seguro de que lo veremos al final entre los tres mejores clasificados.
Tengamos confianza, fe y esperanza en sus capacidades como rutero experimentado. Démosle energía positiva, fortaleza moral y reciedumbre humana, para que ojalá nos proporcione el maillot amarillo y se consagre como el primer latinoamericano triunfador de esta competencia deportiva.
