Un abrebocas peligroso

Editorial
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La periodista española Salud Hernández-Mora y dos de sus colegas colombianos que habían sido secuestrados por la guerrilla del Eln ya gozan de su libertad después del secuestro a que fueron sometidos durante varios días, los cuales fueron muy tensionantes por las difíciles situaciones que implica.


Cuando secuestran periodistas secuestran la democracia que queda privada de su más importante bastión, la libertad de prensa y expresión, donde los habitantes de esta nación no son objetivamente informados. Los periodistas tienen que ejercer libremente esta actividad que es para la democracia.

Colombia sintió un respiro cuando el viernes en la tarde se conoció primero la liberación de la periodista colombiana Salud Hernández-Mora, quien enseguida reportó, además de su buen estado de salud y agradecimientos con la Iglesia Católica y todo el pueblo colombiano que estuvo con ella, que ella había sido retenida ilegalmente por el Eln; posteriormente, en las horas de la noche, cuando ya habíamos cerrado edición de nuestra página editorial, se conoció la liberación de los otros dos periodistas en manos de la guerrilla de Eln, Diego D’Pablos y Carlos Melo, quienes quedaron libres por la noche y también con buen estado de salud.

Una comisión integrada por miembros de la Iglesia católica y la Defensoría del Pueblo fueron los encargados de abrir el corredor humanitario por donde llegarían los comunicadores, que siempre agradecieron a toda la gente que ha rezado, por ellos y por su libertad. Hernández-Mora relató que ella viajó hasta el municipio de El Tarra para hacer un trabajo periodístico y allí fue abordada en la calle por guerrilleros del Eln, quienes le pidieron que los acompañara. Esa retención indebida se llevo varios días, lo cual fue motivo para que el gobierno nacional dudara de si fue secuestro o trabajo periodístico que estaba haciendo la comunicadora. Su tiempo se llevó el gobierno en reconocer que fue el delito de la privación de la libertad lo que había sucedido.

La práctica del secuestro se creía en nuestro país erradicada después de la exitosa jefatura del expresidente Álvaro Uribe Vélez; desafortunadamente esta se está volviendo casi que cosa del común, ante los ojos indolentes del gobierno que tiene que poner coto a esta situación tan absurda como estúpida que es. Es un delito que se debería erradicar de la faz de la tierra y estamos en mora de conseguirlo.

El 30 de marzo en Caracas la administración de Santos y algunos de los principales jefes del Eln formalizaron un proceso de paz. Sin embargo, el gobernante ha advertido que las conversaciones públicas no comenzarán hasta que el Eln libere a todas las personas que mantiene secuestradas.

Y como para no dejar duda, esta guerrilla ya dio pasos de animal grande y le mando un recado al gobierno nacional con el secuestro de los periodistas, que no serán fáciles las conversaciones de paz con ellos. Este preludio es muy significativo y un abrebocas a lo que se aproxima.